GP CanadáVictoria de prestigio y dominio de Hamilton

Lewis Hamilton demostró una fortaleza espectacular al llevarse la victoria del GP de Canadá, donde había empezado todo, por delante de Valtteri Bottas y Daniel Ricciardo. El británico controló en todo momento, en una carrera que empezó con lío por culpa de Sainz.

Ni el madrileño ni Fernando Alonso acabaron la carrera, ya que el McLaren rompió a falta de dos vueltas para el final cuando estaba peleando por conseguir su primer punto de la temporada

Sainz arranca en modo 'destroyer'

La salida tuvo dos protagonistas. El positivo fue Max Verstappen, que se colocó segundo en la primera curva, y el negativo fue Carlos Sainz. El piloto español se llevó por delante a Felipe Massa, después de que en la tercera curva cerrase a Romain Grosjean y perdiese el control sobre su coche.

En el consecuente coche de seguridad, Sebastian Vettel se metió en boxes para cambiar el morro: Verstappen, en su fulgurante arrancada, se lo había roto. El karma le devolvió la jugada al alemán, ya que el motor del holandés de Red Bull rompió y se vio obligado a abandonar.

Mientras por detrás pasaba de todo, el único sin problemas fue Lewis Hamilton. El británico estiró al máximo su entrada a boxes, a sabiendas de que podía tener ventaja de sobra para hacerlo sin temer por la victoria. No fue hasta la vuelta 32 cuando cambió los eternos ultrablandos por superblandos.

Aún más le duró el mismo juego de salida a Fernando Alonso. El piloto español, que esquivó como pudo el accidente de Sainz, tuvo una carrera de lo más tensa. La apuesta del español fue aguantar en pista al máximo, ya que el rendimiento de los ultrablandos le funcionó razonablemente bien. Todo lo bien que le puede ir a un McLaren al que, en sus palabras, le adelantaban como si fuera un pato mareado

"Voy en las rectas como un pato mareado", Fernando Alonso

No fue la única frase de Alonso por radio digna de destacar, ya que después se quejó de que le estaban dando información poco útil y que le avisaran de la distancia con el undécimo, en ese momento Magnussen. La pelea del español fue constantemente por llegar a los Ferrari, o al menos que no se le fueran mucho, desde el octavo puesto. Por momentos, llegó a ir cuarto, pero obviamente fue un momento.

Vettel, a la caza del podio

La pelea entre el tercero y el sexto empezó a copar el protagonismo. Los Mercedes escapados no dejaron más emoción que la pelea por el tercer puesto, propiedad de un Daniel Ricciardo que estuvo frenando a los Force India durante prácticamente toda la carrera. Ahí comenzó la estrategia de Ferrari a tomar forma: primero paró Räikkönen y después Vettel, la segunda para ambos, que afrontaron la recta final de la carrera descargados y con neumáticos ultrablandos.

No fue hasta falta de cinco vueltas cuando cambió todo. Vettel se puso a rueda de los Force India, beneficiado por un error de Raikkonen y después por una pelea inesperada entre Esteban Ocon y Sergio Pérez, que acabaron claudicando ante el potencial del tetracampeón del mundo, que acabó cuarto tras Hamilton, Bottas y Ricciardo.

Alonso estuvo a punto de conseguir el primer punto de la temporada... pero McLaren no aguantó. A falta de dos vueltas, el asturiano vio cómo su motor Honda decía adiós, a lo que Alonso respondió metiéndose en la grada para recibir un baño de masas de la afición.

Fotos: Mercedes