GP Brasil[Vídeo] GP Brasil 2008: Timo Glock, villano a su pesar

Interlagos. Gran Premio de Brasil de 2008. Felipe Massa es campeón durante 20 segundos. Hasta que Timo Glock, impotente con neumáticos slick bajo la lluvia, es rebasado por Hamilton e, injustamente, se convierte en enemigo público número 1 de la torcida brasileña.

4 min. lectura

Publicado: 10/11/2016 21:30

Timo Glock, durante el GP de Brasil 2008. Foto: Toyota F1

El Gran Premio de Brasil de 2008 deparó el que tal vez sea el desenlace más electrizante y dramático de la historia. Felipe Massa, que había dominado la carrera desde la salida, cruzó como ganador la línea de meta en Interlagos creyéndose Campeón del Mundo. Pero, poco más de un kilómetro a sus espaldas, Lewis Hamilton rebasaba a Timo Glock y se hacía con el quinto puesto que inclinaba el título a su favor. El alemán de Toyota se convirtió en chivo expiatorio de la frustración de la afición y la prensa brasileña. De forma totalmente injusta.

A siete vueltas del final, la lluvia -que ya había obligado a dar la salida con el pelotón siguiendo al safety car- reapareció. Los primeros clasificados (Massa, Alonso, Räikkönen, Hamilton y Vettel) decidieron pasar por boxes para montar neumáticos intermedios. Por el contrario, Toyota mantuvo en pista a Glock, que se alzó hasta la cuarta posición. Hamilton era quinto en ese momento, un puesto que le valía para proclamarse campeón, pero a poco más de dos vueltas, con graining en sus neumáticos, fue superado por Vettel.

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Felipe Massa (que, este fin de semana, disputará su último Gran Premio de Brasil tras haber anunciado su retirada de la Formula 1) era entonces el virtual campeón. Pero el destino le tenía reservada una cruel desilusión. En la última vuelta, la lluvia se intensificó y Glock comenzó a perder terreno a pasos agigantados, hasta que, en la aproximación a la curva Junçao, mientras la alegría se desbordaba en el box de Ferrari, fue rebasado tanto por Vettel como por Hamilton.

Es cierto que el alemán no hizo gran cosa por defender la posición, lo que creó suspicacias de juego sucio y teorías conspiratorias. Pero lo cierto es que, con sus neumáticos slick, Timo estaba vendido, y así lo explicó a la conclusión del Gran Premio.

No entiendo cómo hay gente que piensa que me hice a un lado. No había forma de contener a los que iban con neumáticos de agua y rodaban mucho más rápido. No podía seguir la línea adecuada, pues había muchísimos restos de goma, y con la pista mojada estaba increíblemente resbaladizo. Yo tenía que seguir la línea que resultaba más segura para mí y, si Lewis no me hubiera adelantado en esa curva, lo habría hecho después, porque yo de ninguna manera podía ir a fondo en la siguiente recta con mis neumáticos de seco.

Ni conspiración, ni contubernio, ni juego sucio. Simplemente, Toyota hizo una apuesta que resultó equivocada, pero que habría funcionado si la lluvia hubiera tardado un solo minuto más en arreciar.

Fotos: Toyota F1

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