GP Hungría[Vídeo] GP Hungría 1997: la gran ocasión perdida de Arrows y Damon Hill
En sus 25 años de historia, la escudería Arrows nunca pasó del segundo puesto. Dos veces estuvo cerca del triunfo. Patrese abandonó cuando era líder en 1981, en Long Beach. Pero mucho más cruel fue el triunfo que se le escapó a Damon Hill en Hungría, en 1997.
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Publicado: 22/07/2016 12:30
Cinco segundos puestos fueron la mayor recompensa del equipo Arrows, nacido de una escisión de la escudería Shadow en 1978, a lo largo de su cuarto de siglo de historia. Una trayectoria de muchos altibajos y cambios de propiedad durante la que ni siquiera la presencia de figuras tan relevantes como Ross Brawn o John Barnard pudo hacer que se unieran a la lista de ganadores.
Estuvieron cerca en un par de ocasiones. La primera, en Long Beach, en 1981. Riccardo Patrese se hizo sorprendentemente con la pole y lideró la carrera hasta que, en la vuelta 24, el motor de su A3 comenzó a carraspear. Un paso por boxes, cuando ya había descendido a la tercera plaza, no solucionó el problema y acabó abandonando. La frustración del italiano y el equipo aumentó cuando descubrieron que una pequeña pieza de plástico que se había quedado atascada en el filtro del combustible había sido la causa de la pérdida de potencia.
Pero una cosa es perder una posible victoria transcurrido solo un tercio de carrera y otra bien diferente hacerlo con la bandera a cuadros prácticamente a la vista. Eso le sucedió a Damon Hill en el Gran Premio de Hungría de 1997. El título logrado en 1996 no le había bastado al británico para conservar su puesto en Williams y encontró acomodo en Arrows, que esa temporada equipaba un poco competitivo motor Yamaha. Abandonos y pobres resultados fueron la tónica hasta que el Mundial llegó a Hungaroring.
Para sorpresa de todos, Hill se hizo con el tercer puesto en la parrilla. Ni siquiera él pudo explicarse del todo tal resultado, más allá de declarar que sus neumáticos Bridgestone habían rendido a la perfección en el revirado trazado magiar. Pero la cosa no se quedó ahí: Hill se situó segundo tras la salida, adelantó a Michael Schumacher en la vuelta 11 y dominó la carrera hasta el punto de que a dos vueltas del final aventajaba a Jacques Villeneuve en más de medio minuto.
Entonces, su caja de cambios se quedó atascada en tercera y Damon se vio impotente para contener el ataque de Villeneuve, que le rebasó en el último giro. Aun con el coche renqueante, la ventaja adquirida le permitió al menos conservar el segundo puesto. Fue una exhibición fugaz: la mediocridad regresó desde la siguiente carrera y Arrows nunca volvería al podio en los cinco años que le quedaban por delante antes de su desaparición en 2002.
Fotos: Wikipedia Commons