GP Gran BretañaVídeo: Silverstone 1981, el primer triunfo de un chasis de carbono

Foto: McLaren

1981 marcó el inicio de una nueva fase en la historia de McLaren. Cuatro años de decadencia tras el título logrado por James Hunt en 1976 culminaron en la toma de control por parte de Ron Dennis y su Project 4. “McLaren existe para ganar” es un mantra mil veces repetido por Dennis, pero quizás ni él mismo se imaginaba lo triunfal que iba a ser la siguiente década, con un total de siete títulos de pilotos y seis de constructores. Una racha ganadora que se inauguró en Silverstone, sede aquel año del Gran Premio de Gran Bretaña.

McLaren comenzó la temporada, como por entonces era habitual, con su monoplaza del año anterior. El nuevo se presentó en Argentina, tercera prueba del año, con un solo ejemplar destinado a John Watson. No era un coche cualquiera. Obra del lápiz del (no siempre) genial John Barnard, en apariencia era un wing-car convencional, aunque de líneas elegantes y depuradas, que montaba el ubicuo motor Cosworth, pero su secreto estaba bajo la piel: un chasis de fibra de carbono que ofrecía niveles de rigidez y protección nunca vistos. Pero los inicios, como casi siempre, no fueron fáciles. Watson no sumó ni un punto en los cuatro primeros grandes premios, como tampoco Andrea de Cesaris, que tuvo que esperar a Mónaco para disponer de una unidad.

Las cosas mejoraron progresivamente desde España, donde Watson fue tercero en la inolvidable carrera ganada por Gilles Villeneuve. Mejoró un puesto en Francia, y la progresión culminó en Silverstone. El norirlandés fue quinto en la parrilla, por detrás de los Renault de Arnoux y Prost, el Brabham de Piquet y el Ferrari de Pironi. Finalizando la quinta vuelta, Gilles Villeneuve trompeó en la chicane de Wodcote, eliminando a Jones y De Cesaris. Watson se libró literalmente por los pelos. Mientras Prost lideraba, Piquet y Pironi no tardaron en desaparecer de la escena, dejando a Watson tercero, lejos de los Renault. Pero la fragilidad de los turbo todavía era notoria en 1981.

Primero fue Prost el que abandonó, en la vuelta 17. El RE30 de Arnoux aguantó bastante más, pero en el tramo final comenzó a perder potencia y no pudo hacer nada para contener el ataque de Watson, que le superó en Becketts y se lanzó a por la segunda victoria de su carrera, cinco años después de su triunfo con Penske en Austria, ante la algarabía del público británico.

Para el MP4/1, en sus versiones B y C, llegarían más victorias en 1982 y 1983 antes de que comenzaran los años triunfales, ya con los motores TAG Porsche y Honda… y siempre con chasis de carbono herederos de aquel pionero que no tardaría en ser imitado por todos los equipos de la parrilla.

Fotos: McLaren F1