Webber también pide disculpas por su comportamiento

Al parecer, al menos de cara al público, se han apaciguado las cosas dentro de Red Bull. Todo comenzó con la barbacoa del domingo a la noche en casa de Christian Horner, y concluye con las disculpas de Mark Webber sobre su comportamiento el domingo. Después de su victoria, el australiano dijo por radio: "No está mal para el piloto número dos de un equipo". Más tarde, añadió que no habría firmado la prolongación de su contrato de haber sabido que las cosas irían así.

Pero ahora Mark está mucho más relajado, y parece que todo queda en una explosión de emociones, al menos es lo que ha hecho llegar al público en una declaración oficial.

"Mi decepción sobre la calificación el sábado continuó también el domingo.Pero esto se debía a que como cualquier piloto, quería la mejor oportunidad de éxito".

"Sebastian recibió el alerón por motivos que no me explicaron bien hasta bien entrada la tarde del sábado".

"Por supuesto que tengo claro que un equipo, en determinadas circunstancias, ha de favorecer a aquel piloto que tiene más puntos en el campeonato, si es que los recursos no son suficientes, para apoyar a uno de nosotros. En la fábrica hemos hablado acerca del fin de semana, y renovado el ambiente. Así que si vuelve a ocurrir un dilema similar, será beneficiado aquel piloto que tenga más puntos".

"Claro que a veces se dicen cosas que si se piensan, es mejor no decirlas", lamenta el australiano. "En la Fórmula 1 hay mucha presión y competitividad. Y como en muchas disciplinas deportivas, las emociones y la adrenalina a veces juegan una mala pasada. Mi comentario por radio después de la carrera fue un ejemplo de sarcasmo australiano, en el mejor o en el peor de los sentidos, según como se quiera ver". Lo cierto es que a pesar de ser sarcasmo australiano, en Europa se entendió a la perfección lo que Mark quiso retransmitir en su mensaje.

"Pero una cosa puedo asegurar: Debajo del casco me alegré enormemente de ganar uno de los Grandes Premios importantes en el calendario de la Fómula 1 y la carrera de casa de Red Bull". Aunque para Mark Webber también es como un Gran Premio de casa. Ya que vive a cuarenta minutos del circuito desde hace muchísimos años.

El australiano, además, no quiere que la gente piense que pueda tener problemas con su jefe, Christian Horner. "Christian Horner y yo nos conocemos desde hace muchos años. Somos amigos y nos tenemos un gran respeto mutuo, el cual se extiende también a otros campos, como por ejemplo, nuestro equipo de GP3 y nuestro interés común de impulsar a jóvenes talentos".

"Este respeto mutuo en el equipo también va por nosotros, los pilotos". En unas declaraciones recientes, también había soltado alguna frase poco agradable con respecto a Sebastian Vettel. "Sé que tengo un como compañero de equipo a un muy buen piloto, y tampoco me gustaría que fuera de otra forma. En las reuniones de equipo, a menudo intercambiamos información, lo que lleva al desarrollo continuo y a las mejoras de nuestro coche. Seb y yo no somos enemigos. Solo somos dos pilotos que lo damos todo. Queremos lo mejor para nosotros y para el equipo, así de sencillo".

Las palabras de Mark Webber en las declaraciones oficiales, parecían un discurso perfectamente elaborado. Habrá que ver cómo está la situación de cara a la próxima carrera. Ojalá ambos pilotos puedan luchar en pista en futuras carreras, para entretener al espectador, ya que es lo que queremos: máxima rivalidad en pista, no fuera de ella.