Crean una batería que recupera energía residual para ganar autonomía, y 500 Hyundai Ioniq 5 ya la utilizan

La nueva batería de DEOGAM ha sido desvelada con la promesa de transformar tanto el panorama de los vehículos eléctricos como el de los dispositivos electrónicos portátiles y del Internet de las cosas (IoT).

La razón es que la tecnología de la empresa surcoreana se distingue por su capacidad para captar y convertir la energía ambiental en energía utilizable, un proceso conocido como recolección de energía.

La compañía tiene planes de expandir el uso de esta tecnología a los vehículos eléctricos en la Unión Europea a partir de abril del próximo año

Este enfoque innovador permite a los dispositivos autogenerar electricidad a partir de fuentes como la luz, el calor y el movimiento, transformando a la batería en un sistema de reciclaje energético. Es decir, en lugar de depender únicamente de la carga eléctrica tradicional, la batería puede aprovechar la energía que normalmente se desperdicia en el entorno.

Para lograrlo, DEOGAM ha integrado materiales avanzados y técnicas de ingeniería de vanguardia. Aunque la empresa no ha revelado todos los detalles técnicos, se sabe que la batería utiliza una combinación de células fotovoltaicas para captar luz, generadores termoeléctricos para convertir calor en electricidad, y elementos piezoeléctricos que transforman la energía del movimiento en energía eléctrica.

Esta capacidad multifuente hace que la batería sea extremadamente versátil y prometedora para una amplia gama de aplicaciones.

Pruebas y proyecciones futuras

Actualmente, DEOGAM está sometiendo su innovadora tecnología a pruebas en 500 taxisHyundai Ioniq 5 en la isla de Jeju, Corea del Sur. La elección de los taxis no es casual; estos vehículos pasan muchas horas en la carretera, lo que permite a la batería recolectar energía constantemente durante los desplazamientos.

Si las pruebas resultan exitosas, la compañía tiene planes de expandir el uso de esta tecnología a los vehículos eléctricos en la Unión Europea a partir de abril del próximo año.

Por otro lado, la aplicación de esta tecnología no se limita a los vehículos eléctricos. De hecho, podría tener un impacto significativo en la industria de los dispositivos portátiles y los dispositivos IoT.

Por ejemplo, los relojes inteligentes y los rastreadores de actividad física podrían utilizar el calor corporal y el movimiento para generar energía, eliminando o reduciendo drásticamente la necesidad de cargar estos dispositivos con regularidad.

Asimismo, los teléfonos inteligentes podrían integrar pantallas que actúen como paneles solares, aumentando la autonomía de la batería durante el día.

En el ámbito del IoT, donde los dispositivos conectados proliferan en los hogares y las industrias, la recolección de energía podría ser un cambio de paradigma.

Dispositivos como sensores, cámaras de seguridad y termostatos podrían volverse autosuficientes, lo que reduciría la dependencia de baterías desechables y minimizaría la necesidad de reemplazos frecuentes, lo que también tiene implicaciones positivas para el medio ambiente.

Un paso adelante en la evolución de las baterías

El desarrollo de la batería de recolección de energía de DEOGAM se suma a una serie de avances recientes en la tecnología de baterías. La industria está presenciando una revolución en la eficiencia y la capacidad de las baterías, especialmente en lo que respecta a los vehículos eléctricos.

Por ejemplo, investigaciones recientes han revelado cómo el seguimiento preciso de los iones de litio podría desbloquear hasta un 25 % de energía adicional en las baterías de vehículos eléctricos, mostrando que aún queda mucho potencial sin explotar en este campo.

Por todo ello, la tecnología de recolección de energía de DEOGAM no sólo representa un hito en la innovación de baterías, sino que también ofrece un vistazo al futuro de la energía autosuficiente.

A medida que la empresa avanza hacia la comercialización y la integración de esta tecnología en una amplia gama de productos de consumo, podríamos estar a las puertas de una nueva era en la que la energía que nos rodea se convierta en un recurso aprovechable y cotidiano. ¿Se hará realidad? El tiempo lo dirá.