A China no le basta ser el mayor productor de energía solar en la Tierra, ya trabaja en una gigantesca central en el espacio

China domina la producción de energía solar con el cuádruple de potencia instalada que Estados Unidos. Pero el planeta se le queda pequeño y ahora mira al espacio con un proyecto que pretende redefinir por completo el sector energético.

A China no le basta ser el mayor productor de energía solar en la Tierra, ya trabaja en una gigantesca central en el espacio
China se ha embarcado en el sueño de importar energía solar desde el espacio - Freepik

6 min. lectura

Publicado: 15/01/2025 15:00

Con una potencia instalada de aproximadamente 650 gigavatios a cierre de 2023, China se posicionó como el país líder en energía solar fotovoltaica del mundo. Estados Unidos e India se situaron en segundo y tercer lugar respectivamente, aunque a años luz de distancia: 174,8 y 95 GW respectivamente.

España también logró colarse entre los 10 mayores mercados de este tipo de energía renovable, al contar en el año referido con una potencia instalada superior a los 37,5 gigavatios.

Pero a China este dominio no le parece suficiente, y está dispuesta a llevar su liderazgo en energía solar más allá de los límites terrestres. El país ha anunciado un ambicioso plan para construir una central solar en el espacio que recolecte energía en órbita y la transmita a la Tierra, marcando un hito revolucionario en el sector energético global.

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La energía capturada en un año podría igualar el total de las reservas de petróleo extraíbles en la Tierra

Este megaproyecto, que se perfila como uno de los desarrollos tecnológicos más audaces del siglo XXI, ha sido acuñado como el Proyecto Manhattan del sector energético. Una denominación que hace referencia al original, que fue el programa ultrasecreto de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido en la Segunda Guerra Mundial que desarrolló las primeras bombas atómicas.

La versión moderna de China pretende recoger energía del sol en la órbita de la Tierra y la transmitirá de vuelta a la Tierra, proporcionando energía continua.

Energía sin interrupciones desde el espacio

El concepto detrás de esta central solar espacial busca solucionar uno de los grandes desafíos de las energías renovables: la intermitencia.

En órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros sobre la Tierra, las estaciones solares espaciales pueden recolectar energía sin verse afectadas por los ciclos de día y noche ni por las condiciones meteorológicas adversas.

El diseño preliminar, expuesto por el prominente científico chino Long Lehao durante una conferencia en la Academia China de Ciencias (CAS), contempla la instalación de un conjunto solar de un kilómetro de ancho en la órbita geoestacionaria.

Según Lehao, la energía capturada en un año podría igualar el total de las reservas de petróleo extraíbles en la Tierra. Este impresionante potencial subraya la magnitud del proyecto y su capacidad para transformar el panorama energético global.

Las tecnologías aeroespaciales se sirven de energía solar, pero China pretende transmitirla a la Tierra. Imagen: Freepik

Cohetes superpesados: la clave para conquistar el espacio

El desarrollo del cohete Long March-9 (CZ-9) es fundamental para hacer realidad este sueño. Este cohete de carga pesada, diseñado por el equipo de Long, tiene un empuje de lanzamiento de 6.000 toneladas y un peso de despegue superior a las 4.000 toneladas.

Con una capacidad de carga de hasta 150 toneladas a órbita baja, el CZ-9 está destinado a transportar los materiales necesarios para construir estas estaciones solares en el espacio. En palabras de Long Lehao, uno de los principales usos del CZ-9 será precisamente la construcción de estas centrales solares espaciales.

Además, ya se ha puesto en marcha el desarrollo de otras tecnologías complementarias. Es el caso de una central solar experimental en Bishan y un sistema terrestre de verificación, el primero de su tipo en el mundo.

La inspiración de la presa de las Tres Gargantas

El paralelismo con la presa de las Tres Gargantas, construida en el río Yangtsé, no es casual. Considerada la obra hidroeléctrica más grande del mundo, esta infraestructura produce alrededor de 100.000 millones de kWh de electricidad al año.

El nuevo proyecto espacial busca replicar esa capacidad, pero en el espacio, abriendo una vía hacia una fuente de energía limpia y continua que podría cambiar las reglas del juego.

A pesar de su enorme potencial, el proyecto debe enfrentarse a importantes retos tecnológicos. La necesidad de avances significativos en cohetes reutilizables, materiales livianos y eficientes, y tecnologías de transmisión de energía desde el espacio a la Tierra son barreras que deben superarse. Sin embargo, los beneficios podrían ser revolucionarios, no sólo para China, sino para todo el planeta.

En cualquier caso, con esta iniciativa, China pretende marcar un nuevo capítulo en la carrera por las energías renovables. Si el proyecto se lleva a cabo con éxito, podría redefinir cómo la humanidad aborda la generación y el consumo de energía en un futuro cercano.

Fuente: South China Morning Post

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