Europa empieza a especializarse en malograr sectores emergentes. Esta vez le toca a la energía eólica

El mix energético del continente europeo recibe un 20 % del total de los aerogeneradores. Sin embargo, la Unión Europea está fracasando en sus planes de expansión y el sector comienza a estar en peligro de volverse irrelevante.

Europa empieza a especializarse en malograr sectores emergentes. Esta vez le toca a la energía eólica
La energía eólica pierde fuelle en Europa

7 min. lectura

Publicado: 13/01/2025 16:00

Europa ha sido, tradicionalmente, una potencia en muchos sectores estratégicos a nivel mundial. Sin embargo, el Viejo Continente parece incapaz de evolucionar con los tiempos y, poco a poco, está empezando a perder peso en el panorama internacional.

Ejemplos claros de ello son el sector de la automoción, en el que China ha aprovechado el auge del coche eléctrico para fortalecerse y expandirse a velocidad de vértigo.

Lo mismo puede decirse del sector de las baterías, en el que el gigante asiático controla no sólo la producción de estas, sino también el mercado de las materias primas clave directa o indirectamente relacionadas.

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

Calcula tu precio online

Mientras, Europa se pierde en confusión, inacción o, directamente, torpeza, lo que está llevando a su industria a una situación muy delicada. Y parece que en el campo de las energías renovables comienza a pasar algo parecido.

Las inversiones anunciadas (31.000 millones de euros) no son suficientes para garantizar un crecimiento sostenible

La energía eólica se estanca

Es el caso concreto de la energía eólica, que en 2024 ha arrojado datos preocupantes para el futuro. Así lo indica un informe de Wind Europe, que llega a la conclusión de que Europa, considerada un referente en energías renovables, está poniendo en riesgo su liderazgo en este campo concreto.

A pesar de haber instalado 15 GW de nueva capacidad eólica en 2024, la realidad dista mucho de ser halagüeña. La razón es que las cifras quedan lejos de los 30 GW anuales necesarios para cumplir con los objetivos climáticos y energéticos de 2030.

Por tanto, la cuestión no es si se está haciendo algo, sino si se está haciendo lo suficiente. Y la respuesta, lamentablemente, es no.

En 2024, el viento generó el 20 % de la electricidad consumida en Europa y el 19 % en la Unión Europea. Sin embargo, para alcanzar el ambicioso 34 % en 2030, la UE necesita acelerar el ritmo de construcción de parques eólicos. Esto no sólo contribuiría a la transición energética, sino que también reduciría los costes energéticos y mejoraría la competitividad industrial del continente.

Según Giles Dickson, CEO de WindEurope, hay tres razones principales para este estancamiento: la inadecuada aplicación de las normas de permisos de la UE, los retrasos en las conexiones a la red y la lenta electrificación de la economía.

Problemas que, por otro lado, son comunes a los que están contribuyendo a la crisis en la industria del automóvil del continente. Obviamente, estas barreras no son insalvables, pero requieren una acción política decidida y coordinada.

La energía eólica marina está sufriendo especialmente, a consecuencia de una fuerte caída en la inversión.

Los permisos, el gran escollo

Uno de los principales problemas radica en los permisos. A pesar de las nuevas normas de la UE que buscan agilizar estos procesos, muchos países no las han implementado adecuadamente. De hecho, la situación ha empeorado en 2024.

Sin permisos eficientes, proyectos críticos permanecen en el limbo burocrático. Alemania, sin embargo, ofrece un rayo de esperanza. Con 15 GW de nueva capacidad terrestre, el país demostró que aplicar correctamente las normas europeas puede ser decisivo.

Redes y electrificación, los cuellos de botella

Por otro lado, el acceso a la red eléctrica se ha convertido en el principal obstáculo para la expansión eólica, pues más de 500 GW de capacidad potencial esperan evaluación para su conexión.

Un caso emblemático es el parque eólico marino Borkum Riffgrund 3 en Alemania, completamente instalado pero sin conexión a la red hasta al menos 2026. Además, únicamente el 23 % de la energía consumida en la UE es electricidad, cuando debería alcanzar el 61 % para 2050.

En este contexto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha encargado un Plan de Acción de Electrificación al comisario de Energía, Dan Jørgensen. Aunque necesario, es evidente que Europa necesita menos planes y más acción.

Inversiones y subastas, un paso adelante insuficiente

En 2024, Europa adjudicó 37 GW de capacidad eólica en subastas gubernamentales, un récord histórico. Sin embargo, las inversiones anunciadas (31.000 millones de euros) no son suficientes para garantizar un crecimiento sostenible.

Especialmente preocupante es la caída de las inversiones en energía eólica marina, una tecnología clave para alcanzar los objetivos climáticos. Y eso que, a pesar de las dificultades, la energía eólica sigue atrayendo el interés corporativo.

En 2024, el 50 % de la electricidad contratada en acuerdos de compra de energía (PPA) fue eólica. Esto demuestra que las empresas reconocen su viabilidad económica y su papel en la descarbonización.

Los expertos afirman que Europa tiene las herramientas y el potencial para liderar la transición energética. Sin embargo, la falta de acción decidida está poniendo en peligro un sector clave para su futuro.

La petición generalizada a los gobiernos no se ha hecho esperar: deben actuar ya, aplicando las normas de permisos, modernizando las redes y acelerando la electrificación. De lo contrario, Europa seguirá especializándose en malograr sectores emergentes, sacrificando su competitividad y su compromiso climático en el proceso.

Este artículo trata sobre...

Pixel