La gran apuesta de futuro de España es el hidrógeno verde, ¿genialidad o locura con efectos catastróficos?
España acumula tantos proyectos relacionados con el hidrógeno verde que el Centro Nacional de Hidrógeno admite que no es posible hacer un seguimiento de todos. Y se trata de una apuesta muy arriesgada que muchos ven como un error.
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Publicado: 27/04/2023 13:00
El hidrógeno verde es una tecnología emergente con un gran potencial para transformar la industria y la movilidad hacia un futuro más sostenible.
Y, si bien existen argumentos en contra de su adopción, no faltan los defensores que creen en su potencial para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y ayudar a combatir el cambio climático.
En ese escenario, España se encuentra entre los líderes mundiales en la inversión en proyectos de hidrógeno verde. De hecho, acumula actualmente el 20 % del total, una cifra que sólo supera Estados Unidos.
«Hay tantos proyectos que es imposible hacer un seguimiento de todos»
El hidrógeno verde es un vector energético que se produce mediante la electrólisis del agua utilizando energía renovable, lo que lo convierte en una fuente de energía limpia y renovable. Se considera una alternativa viable a los combustibles fósiles y se está investigando su potencial como fuente de energía para la movilidad, la industria y la generación de electricidad.
Sin embargo, hay quienes argumentan que apostar por el hidrógeno verde es un error. Uno de los argumentos en contra es que la producción de hidrógeno verde es actualmente mucho más costosa que la producción de hidrógeno gris (producido a partir de combustibles fósiles) y que, por lo tanto, no es rentable en términos económicos.
Otro argumento es que el hidrógeno verde requiere grandes cantidades de energía renovable para producirse, lo que podría desviar recursos de otras áreas importantes, como la energía solar y eólica.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la producción de hidrógeno verde está en sus primeras etapas y que se están realizando avances significativos en términos de tecnología y costes de producción.
Aún así, la viabilidad de un futuro energético con el hidrógeno verde en un papel relevante es incierto y una apuesta tan fuerte como la de España implica riesgos con posibles consecuencias negativas.
La apuesta de España por el hidrógeno verde
«Todo va muy rápido», admite Miguel Ángel Fernández, director técnico del Centro Nacional del Hidrógeno de España, en declaraciones a AFP.
El CNH2 es un centro público de investigación y el dirigente español no tiene reparos en reconocer que «hay tantos proyectos que es imposible hacer un seguimiento de todos».
No en vano, los proyectos en desarrollo son numerosos y ambiciosos. Madrid lanzó en 2021 un plan de 1500 millones de euros para apoyar la industria del hidrógeno verde e Iberdrola puso en marcha meses atrás la construcción de la mayor planta de producción de este vector energético de Europa.
Esta cuenta con 100 MW de paneles solares que permitirán suministrar el 10 % de la energía que la fábrica de Fertiberia situada en el terreno contiguo demanda. Y, si el proyecto va según lo previsto, dicha planta de producción de hidrógeno verde se ampliará para cubrir el 100 % de las necesidades.
En Andalucía, empresas como Cepsa y Repsol invierten ya en el llamado «Valle del hidrógeno verde» con el objetivo de producir 300.000 toneladas en 2027. Más al norte, en Asturias, existen proyectos para la creación de 15 parques solares que permitan producir 330.000 toneladas de hidrógeno verde.
Todo ello se sustenta sobre un extraordinario potencial de producción de energía renovable que, en teoría, permitiría a España cubrir todas sus necesidades energéticas e incluso exportar energía adicional al norte de Europa.
El hidrógeno verde, una apuesta arriesgada de España
Sin embargo, los analistas y expertos no pierden de vista que la apuesta que España ha realizado por el hidrógeno verde es arriesgada, pues en este momento no existe una infraestructura que permite rentabilizar y democratizar el uso de este vector energético.
El coste de producción de hidrógeno verde es aún muy elevado a consecuencia del complejo y caro proceso de generación del mismo. No en vano, el hidrógeno es un gas extremadamente volátil y reactivo que es muy difícil de encontrar en su forma pura.
Además, se plantean otros retos importantes, como por ejemplo el transporte de un gas que complica mucho su traslado sin fugas. Según Rafael Cossent, profesor asociado de investigación en economía de la energía de la Universidad Pontificia Comillas, el uso masivo de hidrógeno verde también requerirá «transformaciones complejas» por parte de vehículos y plantas industriales.
Eso añade aún más incertidumbre, pues para que el hidrógeno verde se convierta en una realidad en el mix energético, no sólo debe ofrecer ventajas, sino que los actores del panorama industrial y comercial tienen que convencerse de ello para invertir en infraestructura.
Esto actualmente no existe, por lo que España corre el riesgo de haber apostado por una vía muerta que acabe dilapidando miles de millones de euros. Mientras, Javier Plaza, director de la división de hidrógeno verde en Iberdrola, afirma que la apuesta tiene sentido porque «quien comienza primero tiene ventaja» en lo que considera una «carrera de larga distancia».
Sólo el futuro determinará si España ha hecho bien apostando tan fuerte por el hidrógeno verde.
Fuente: Techxplore.com