Las cuentas del hidrógeno no salen: en 2022 se emitieron 900 millones de toneladas de CO2 para producir sólo 95 de H2
El informe Global Hydrogen Review 2023 presentado en Madrid desvela que la industria del hidrógeno sigue dependiendo casi por completo de materia prima fósil. El documento también avanza que la mayoría de los proyectos no cuentan con inversión en firme.
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Publicado: 22/11/2023 13:30
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha presentado en Madrid el Global Hydrogen Review 2023, un informe que analiza la situación de la industria del hidrógeno en la actualidad.
Y lo cierto es que los datos recopilados por este documento son preocupantes, pues desvela que en 2022 el 99 % del hidrógeno producido fue elaborado a partir de combustibles fósiles, principalmente gas natural.
Más de 40 países han desarrollado estrategias nacionales, pero el hidrógeno de bajas emisiones representa menos del 1 % de la producción
Esto, a su vez, propició que, para completar la producción total anual de 95 millones de toneladas del año pasado, se emitieran 900 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Dicho dato es la consecuencia de una baja apuesta por el hidrógeno verde, que es mucho más caro y complicado de producir. No en vano, el informe de la AIE apunta que únicamente el 4 % de los proyectos de producción de hidrógeno verde existentes en el mundo cuentan con inversión en firme para llevarse a cabo.
El hidrógeno verde, una utopía
El hidrógeno es un vector energético muy común en diversos sectores. Por ejemplo, el industrial (principalmente químico), el aeroespacial o el electrónico. También en el transporte y la energía, aunque en estos casos resulta más complicado conseguir que sea rentable, ya que debe ir acompañado de un beneficio medioambiental.
Ahí es donde entra en juego el hidrógeno verde, que se produce mediante electrólisis con agua y electricidad proveniente de fuentes renovables como materia prima. Sin embargo, en la actualidad la producción de este tipo de hidrógeno libre de emisiones es testimonial, predominando los procesos que utilizan combustibles fósiles.
No sólo eso, además la producción de hidrógeno de bajas emisiones, el que se genera a partir de combustibles fósiles pero implica un proceso de captura de CO2 para compensar las emisiones producidas durante el proceso, también es muy baja.
El resultado es que, a pesar de que más de 40 países han desarrollado estrategias nacionales, el hidrógeno de bajas emisiones representa menos del 1 % de la producción a nivel mundial.
Esto significa que más del 99 % del hidrógeno utilizado en sectores como la farmacéutica, la fabricación de vidrio plano y la industria petrolera se produce a partir de combustibles fósiles, generando emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero sin soluciones de captura de CO2, lo que no lo clasifica como verde.
Muchas palabras y promesas que no se hacen realidad
El informe sobre el estado del mercado del hidrógeno también ha analizado la sincronización entre demanda y producción, así como las expectativas futuras. Y en este sentido tampoco hay buenas noticias.
El documento de la AIE señala que los objetivos de producción son muy superiores a la demanda existente. De hecho, los compromisos gubernamentales en lo relativo a la producción de hidrógeno de bajas emisiones alcanzan los 35 millones de toneladas en un escenario que únicamente demanda 14 millones de toneladas.
Además, la AIE proyecta un incremento de casi el 50 % en las previsiones de producción de hidrógeno para 2030 con respecto al informe del año anterior. Esto se traduce en una producción estimada de 38 millones de toneladas para dicha fecha.
Sin embargo, el informe también alerta de una circunstancia que relativiza dicha previsión: en este momento únicamente el 4 % de los proyectos de producción de hidrógeno de bajas emisiones cuentan con inversión garantizada o se encuentran ya en fase de desarrollo.
Los obstáculos a los que se enfrenta el hidrógeno verde
El aumento de costes, incluyendo la inflación y altas tasas de interés, se suma a los desafíos económicos de los nuevos proyectos de hidrógeno, poniendo en riesgo la rentabilidad a largo plazo.
A pesar de esto, la implementación de electrolizadores, que descomponen el agua para producir hidrógeno, está acelerándose. Si todos los proyectos anunciados se llevan a cabo, se alcanzaría una capacidad total de electrólisis de 420 GW para 2030, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Sin embargo, las barreras a superar incluyen también la infraestructura, ya que sólo hay unos 5.000 kilómetros de hidrogenoductos operativos en comparación con el millón de kilómetros de gasoductos existentes.
Aunque hay alrededor de 30.000 km de hidrogenoductos en proyecto, las decisiones finales de inversión son limitadas, con menos de 100 km confirmados.
Fuente: Agencia Internacional de la Energía (AIE)