Tenía dudas de que instalar paneles solares mereciera la pena. Dos años y medio después, sé que fue mi mejor inversión
La energía solar es uno de los mejores modos de ahorrar en España y, aunque en mi caso la instalación fotovoltaica fue de un tamaño inferior al recomendado, los datos me han demostrado que hice bien al apostar por ella. Te cuento mi experiencia.
Si algo tenemos en la mayor parte de España, es sol. No es de extrañar, por tanto, que la energía solar haya emergido con fuerza en los últimos años. Sí, es cierto que en 2023 se produjo un retroceso en el ritmo de instalaciones fotovoltaicas, pero es que las cifras de 2022 fueron impresionantes.
En mi caso, llegué con mi familia a una vivienda unifamiliar de obra nueva en el verano de 2021. Gracias a la venta de nuestra casa anterior en una zona bien valorada de la periferia de Madrid, teníamos unos ahorros y nos planteamos invertir parte de ellos en una instalación de paneles solares.
Tras pedir presupuestos y hacer cuentas, decidimos apostar por ello y contratamos la instalación de cinco paneles fotovoltaicos monocristalinos Trina Solar de 450 Wh por unidad, combinados con un inversor Huawei.
En total, 2.250 Wp que se quedaban escasos para nuestro tipo de vivienda y gasto energético de la familia, pero que confiábamos en que marcaran la diferencia a la hora de reducir nuestro gasto de electricidad a largo plazo.
Instalar paneles solares compensa
Los datos de 2023 indican que, en España, la instalación fotovoltaica promedio es de entre 3.000 y 4.000 Wp, lo que equivale a entre siete y 12 paneles solares, dependiendo de la potencia unitaria del modelo elegido. Además, el consumo energético medio de una vivienda unifamiliar es de unos 3.500 Wp anuales.
Si bien el coste puede variar mucho en función de la calidad del material elegido y la empresa instaladora, en general disponer de una instalación fotovoltaica de entre 3 y 4 kWp puede costar entre 4.000 y 7.000 euros aproximadamente. Esto, según las estadísticas, permite recuperar la inversión en un plazo máximo de 10 años, dependiendo también de la ubicación geográfica y otros factores.
Así pues, con la teoría bien aprendida y la esperanza de que esta se tradujera en realidad, acometimos el coste de la mencionada instalación en el verano de 2021. De inmediato, comenzamos a notar un descenso en el coste de la factura eléctrica, aunque esto fue realmente notorio cuando, tras varios meses de espera, por fin la compañía energética comenzó a aplicar el descuento en concepto de compensación de excedentes.
Más energía producida que consumida
No cabe duda de que la ubicación geográfica es crucial a la hora de amortizar la inversión en paneles solares, pues la diferencia de producción en un día nublado con respecto a uno soleado es notable.
Como ejemplo, en un día muy desapacible de febrero mi instalación produjo únicamente 2,07 kWh, mientras que seis días más tarde, con sol radiante durante toda la jornada, la producción fue de 13,59 kWh. Afortunadamente, para el caso que nos ocupa, en el norte de la provincia de Toledo (donde resido) los días soleados son lo habitual.
De hecho, en los últimos 16 meses mi instalación fotovoltaica de apenas 2,25 kWp ha vertido a la red eléctrica, según datos de UFD y Datadis, un excedente total de 2500,78 kWh de electricidad, una cantidad ligeramente superior a los 2342,15 kWh consumidos en ese mismo periodo. Además, la gráfica adjunta me indica que la instalación produce más energía excedentaria de la consumida en siete de los 12 meses del año.
Los datos también indican que, en 2023, el mes de mayor producción de excedente fue julio, llegando casi a los 300 kWh. El total de todo el año fue de 2.212,73 MWh con una media de 184,39 kWh mensuales. A su vez, la producción total de la instalación en dicho periodo fue de 3.786,83 kWh, es decir, una media de 315,57 kWh mensuales.
Un ahorro notable
Todos estos datos se traducen en un ahorro palpable en la factura de electricidad. Si bien en mi caso no puedo comparar directamente mi consumo energético previo a la instalación de paneles solares con el actual, ya que acometí la misma nada más mudarme, la factura media de mis vecinos sin energía solar oscila entre los 80 y los 120 euros mensuales.
En mi caso, sumando la producción solar de la instalación, el descuento por excedente de electricidad y el servicio de batería virtual que contraté en septiembre de 2023, las facturas de electricidad oscilan entre los 0 euros del verano y los 40 euros del peor mes del invierno.
En este sentido, la contratación del servicio de batería virtual es crucial, ya que permite acumular toda la energía excedentaria producida para descontarla más adelante en el momento que más me interese. De todos modos, una factura promedio sin descontar excedente ni batería virtual oscilaría en mi caso entre los 20 y los 60 euros mensuales. Es decir, un ahorro mensual de entre el 40 y el 80 % aproximadamente.
Con estos datos, yo lo tengo claro: invertir en paneles solares compensa a largo plazo, incluso con una instalación pequeña. Y más teniendo en cuenta que la vida útil con un rendimiento garantizado de al menos el 80 % de los paneles solares actuales suele ser de al menos 20 o 25 años. Y tú, ¿cómo lo ves?
Fotos: Motor.es