El primer metro de fibra de carbono del mundo ya presta servicio en China: hay beneficios claros, pero ¿y el coste?
La ambición de China no tiene límites y acaba de estrenar una línea de metro que da servicio gracias a un innovador tren fabricado en fibra de carbono. Esta consta de 41 estaciones y promete reducir los costes y las emisiones notablemente.
El pasado 10 de enero, China marcó un hito en la historia del transporte ferroviario con la puesta en marcha del primer metro de fibra de carbono del mundo, denominado CETROVO 1.0 Carbon Star Express.
Este innovador tren comenzó a operar en la Línea 1 del Metro de Qingdao, en la provincia de Shandong. Dicha línea de metro cuenta con una red de 60 kilómetros y 41 estaciones, y representa una revolución tecnológica en el desarrollo de vehículos ferroviarios urbanos.
Una estructura más liviana y eficiente
Desarrollado por CRRC Qingdao Sifang Co, el CETROVO 1.0 utiliza materiales compuestos de fibra de carbono para sus estructuras principales, como la carrocería y el bastidor del bogie.
En comparación con los trenes tradicionales de aleaciones de acero y aluminio, este metro es un 11 % más liviano y reduce el consumo energético operativo en un 7 %, según informes de CCTV.
Además, se estima que cada tren puede disminuir las emisiones de dióxido de carbono en 130 toneladas anuales, contribuyendo así a los objetivos de sostenibilidad y descarbonización del sector ferroviario urbano.
La fibra de carbono ofrece ventajas clave: es más resistente que el acero, pero con menos de una cuarta parte de su peso. Esto no sólo mejora la eficiencia energética, sino también prolonga la vida útil de las estructuras y reduce los costes operativos y de mantenimiento a lo largo del ciclo de vida del tren.
Entre sus beneficios también destacan una mayor resistencia al impacto, mejor aislamiento de vibraciones y una reducción significativa del ruido, lo que se traduce en un viaje más suave y cómodo para los pasajeros.
Tecnología de vanguardia y sostenibilidad
Además, el CETROVO 1.0 incorpora una plataforma de tecnología de gemelos digitales llamada SmartCare, diseñada para detectar problemas potenciales y autodiagnosticarse. Esto garantiza una operación más segura y eficiente, mientras que reduce los costes de mantenimiento en un 22 %.
Además, el tren está preparado para funcionar de manera totalmente automatizada, alcanzando una velocidad máxima de 140 km/h, significativamente superior a los 80 km/h de diseños anteriores.
El desarrollo de este tren es fruto de la colaboración entre varias entidades líderes en tecnología de materiales. Entre ellas, CG Rail, que contribuyó con la cabina delantera compuesta y el marco del bogie; el Instituto Harbin FRP, encargado de las vigas transversales; y Guangwei Composite, proveedor de fibras y materiales preimpregnados.
Costes y desafíos
Aunque los beneficios en eficiencia energética y sostenibilidad son evidentes, el alto coste de los materiales de fibra de carbono plantea interrogantes. Y es que, si bien el precio de este avanzado material ha bajado mucho en los últimos años, sigue siendo mucho más caro que el aluminio y el acero.
Si bien no se han difundido datos oficiales, algunas previsiones hablan de un coste de construcción de un único tren CETROVO 1.0 de alrededor de 15 millones de dólares, casi un 35 % más caro que un tren de metro convencional fabricado con aleaciones de acero o aluminio.
Sin embargo, sus creadores afirman que este sobrecoste inicial puede compensarse con los ahorros operativos a lo largo de su vida útil, gracias a la reducción del consumo energético y los menores gastos de mantenimiento.
Concretamente, los datos oficiales hablan de una reducción del coste de mantenimiento en un 22 % y el consumo energético en un 7%, lo que representa ahorros significativos para las ciudades que adopten esta tecnología.
Además, su diseño avanzado permite una mayor durabilidad, lo que podría extender la vida operativa de cada unidad en un 20 % en comparación con los trenes tradicionales.