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Damos por muerto el hidrógeno, pero esta idea de Toyota puede asestar un golpe mortal al coche eléctrico

Toyota ha presentado una innovadora solución para revitalizar el hidrógeno: cartuchos portátiles que facilitan el repostaje y la versatilidad de esta tecnología. Una apuesta que podría cambiar el equilibrio en la batalla entre vehículos eléctricos de batería y de hidrógeno.

Damos por muerto el hidrógeno, pero esta idea de Toyota puede asestar un golpe mortal al coche eléctrico
Los cartuchos de hidrógeno de Toyota prometen revolucionar la industria

7 min. lectura

Publicado: 13/10/2024 16:00

Durante años, el debate sobre el futuro del transporte ha estado dominado por la rivalidad entre dos tecnologías prometedoras: los vehículos eléctricos de batería (BEV) y los vehículos impulsados por hidrógeno (FCEV).

El coche eléctrico convencional, es decir, el de batería, se ha ganado la mayor parte de la atención mediática y del mercado. Mientras, el hidrógeno ha permanecido en un segundo plano, en parte debido a la falta de infraestructura y a importantes desafíos técnicos.

Sin embargo, Toyota, pionera en la tecnología del hidrógeno con el Mirai, podría estar a punto de cambiar el panorama con una idea revolucionaria: cartuchos portátiles de hidrógeno que prometen alterar el curso de esta batalla tecnológica.

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Reducir el tamaño de estos depósitos y hacerlos portátiles abre nuevas posibilidades para los coches y aumenta el atractivo de esta tecnología para otras aplicaciones

La visión de Toyota, ¿una nueva era para el hidrógeno?

Toyota no es nueva en el campo del hidrógeno. La marca nipona ha apostado por una estrategia multitecnológica, combinando vehículos híbridos, eléctricos y de hidrógeno, con la convicción de que no existe una única solución para la movilidad sostenible.

Su última apuesta es un concepto intrigante: cartuchos portátiles de hidrógeno diseñados para ser transportados a mano, que podrían hacer que esta tecnología sea más accesible y práctica.

Estos cartuchos, según Toyota, son ligeros y manejables, lo que los convierte en una solución viable para superar uno de los mayores desafíos del hidrógeno: el almacenamiento y transporte del gas.

Al poder llevarse como si fueran una mochila y conectarse fácilmente al depósito del coche, estos cartuchos ofrecen un método sencillo para recargar los vehículos de hidrógeno, aliviando las preocupaciones sobre la falta de infraestructuras como estaciones de hidrógeno, que han frenado su adopción masiva.

¿Es esto realmente posible? Si tenemos en cuenta el peso del hidrógeno, lo es. Un litro de hidrógeno líquido pesa solo 0,0708 kg. Es decir, un poco menos de 71 gramos.

Por tanto, el equivalente a un depósito de 140 litros, el que lleva el Toyota Mirai, pesa apenas 10 kilogramos en total para una autonomía declarada de 653 km (ciclo WLTP).

La idea de Toyota permite transportar en una mochila suficiente hidrógeno para cubrir cientos de kilómetros con un automóvil.

Hidrógeno más allá de los coches

Uno de los aspectos más innovadores de los cartuchos de Toyota es que no se limitan a los vehículos. Estos depósitos portátiles también pueden alimentar electrodomésticos y otros dispositivos, como una cocina de hidrógeno que Toyota ha desarrollado junto con la empresa Rinnai.

Esta versatilidad podría transformar el hidrógeno en una fuente de energía más común en la vida cotidiana en la carretera, pero también en el hogar.

Este enfoque multitecnológico refuerza la idea de Toyota de que el hidrógeno no se limita a ser una competencia para las baterías, sino una alternativa complementaria que puede ofrecer soluciones en ámbitos donde la electricidad, por sí sola, no es suficiente o práctica.

¿Por qué el hidrógeno sigue siendo relevante?

A pesar de que los coches eléctricos de batería dominan actualmente el mercado, el hidrógeno tiene características que lo hacen destacar.

En primer lugar, su uso no genera emisiones de dióxido de carbono (CO₂), y cuando el hidrógeno se produce mediante energías renovables, se puede minimizar significativamente el impacto ambiental.

Además, el tiempo de recarga de un coche de hidrógeno es mucho más corto que el de un vehículo de batería, lo que ofrece una experiencia similar a la de repostar un automóvil de combustión.

Sin embargo, los problemas con los depósitos de hidrógeno tradicionales han limitado su expansión. Estos tanques suelen ser voluminosos y pesados, lo que impacta negativamente en la eficiencia del vehículo.

Aquí es donde la propuesta de Toyota marca la diferencia. Reducir el tamaño de estos depósitos y hacerlos portátiles no sólo abre nuevas posibilidades para los coches, sino que también aumenta el atractivo de esta tecnología para otras aplicaciones.

¿Conseguirá Toyota democratizar el hidrógeno en la automoción?

¿Un golpe al coche eléctrico?

Aunque los vehículos eléctricos de batería siguen creciendo en popularidad, la idea de Toyota podría desafiar su hegemonía.

Los BEV todavía se enfrentan a problemas como la dependencia de materias primas limitadas para sus baterías, tiempos de carga prolongados y una infraestructura de recarga en expansión, pero aún lejos de ser perfecta.

El hidrógeno, por otro lado, ofrece una mayor autonomía, tiempos de recarga ultrarrápidos y la posibilidad de ser producido de manera sostenible.

Con los cartuchos portátiles de Toyota, el hidrógeno podría resurgir como una opción competitiva, no sólo en términos de tecnología, sino también en practicidad.

A medida que más fabricantes y gobiernos buscan diversificar sus estrategias energéticas, el hidrógeno podría volver a ganar terreno, y esta vez, gracias a ideas como la de Toyota, podría hacerlo de forma decisiva.

Aunque hoy el coche eléctrico parece haber ganado la batalla, la guerra por el futuro de la movilidad aún no ha terminado. Y con propuestas como los cartuchos portátiles de hidrógeno de Toyota, el hidrógeno quizá no haya dicho su última palabra.

Fuente: ToyotaFotos: Toyota

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