Estos paneles solares de BMW que se colocan en los cristales cargan el coche y protegen el habitáculo

BMW quiere que sus coches eléctricos del futuro se beneficien de la energía solar. Pero no pretende convertir sus vehículos eléctricos en solares al estilo de lo que hace Lightyear con el 0, sino que quiere combinar las baterías con la tecnología fotovoltaica para ofrecer una mayor eficiencia y autonomía.

Eso es lo que se desprende de la patente presentada por la marca germana en la Oficina Alemana de Patentes y Marcas (DPMA). En ella, se describe una tecnología de despliegue de paneles solares sobre los cristales exteriores del vehículo, ya sea un techo solar, el parabrisas o las ventanillas.

Módulos solares transparentes y ultradelgados

Aunque décadas atrás algunas marcan experimentaron con este concepto, especialmente en los techos solares, no llegaron a cuajar en la industria del automóvil.

Ahora, con la tecnología fotovoltaica en pleno proceso de madurez, BMW ha rescatado la idea para integrarla en sus futuros modelos.

En concreto, estos módulos solares recientemente desarrollados son muy delgados y están depositados en vapor.

También son transparentes casi por completo, pero su eficiencia en la recolección de energía aumenta y su transparencia disminuye cuanto más opacos son. Aunque tienen una larga vida útil, son menos eficientes que las células fotovoltaicas tradicionales de panel sólido para generar electricidad.

El parabrisas delantero estará cubierto con una capa muy delgada de módulos solares en áreas que no obstaculizan la visión del conductor, manteniendo hasta un 95% de transmisión de luz. Además, contará con capas más gruesas alrededor del borde del parabrisas.

Las ventanas laterales, el techo solar y el parabrisas trasero también estarán cubiertos con capas más gruesas de módulos solares, lo que reducirá la transmitancia de luz entre un 50% y un 80% y aumentará la eficiencia de los recubrimientos de módulos solares.

Inconvenientes que hay que superar

El principal inconveniente, como suele ocurrir con toda tecnología innovadora que aún no se ha implantado a gran escala, es el precio.

Otro inconveniente es la variabilidad entre los diferentes mercados internacionales, ya que cada país tiene normativas diferentes en cuanto a la transmisión de luz del vidrio para vehículos. Esto implicaría que muchos mercados necesitarían especificaciones de espesor de módulo solar diferentes, lo que aumentaría aún más el coste de producción.

Además, no se debe olvidar el vidrio de repuesto: un parabrisas de repuesto sería aún más caro de lo que es ahora.

Sin embargo, a medida que la tecnología progrese y se vuelva más accesible, podríamos ver que estos módulos fotovoltaicos pulverizados se aplican a una variedad de usos más amplios.

Y, dado que estos módulos fotovoltaicos no están limitados por el tamaño o la forma de su superficie de soporte, es posible que en el futuro incluso los paneles de carrocería, como el techo y el capó, terminen incorporando un revestimiento que genere electricidad.

Lo único que falta es que la tecnología sea asequible para que esto suceda, aunque no es algo sencillo de conseguir.

Fuente: CarBuzzFotos: Motor.es