Más renovables que nunca, pero seguimos empatados con 1940: el curioso récord de 2024
Las fuentes de electricidad de baja emisión de carbono, entre las que se incluyen las renovables y la nuclear, superaron en 2024 el 40 % del total a nivel mundial. Sin embargo, este dato encierra una curiosidad más: es equivalente al registrado 84 años antes.

Las fuentes de energía renovables impulsan un año más el incremento de la generación de electricidad de bajas emisiones de carbono. Así lo demuestran los datos del estudio realizado por Ember, que señala que en 2024 se registró un incremento del 40,9 % de electricidad poco contaminante, para ofrecer un total de 12.609 TWh. Esto supone un incremento porcentual de 1,5 con respecto al año anterior.
Además, en lo referente a las energías renovables, 2024 registró un récord de 858 TWh. Un dato que supone un incremento del 49 % con respeto a los 577 TWh de 2022. Por su parte, la energía nuclear (que genera un interesante debate) experimentó un crecimiento más discreto de 69 TWh.
En 1940, la energía nuclear aún no existía como opción comercial, el gas apenas se usaba, y el carbón mandaba sin rival
La hidroelectricidad continuó liderando entre las fuentes de electricidad con bajas emisiones, con una cuota del 14,3 %, seguida por la energía nuclear (, que representó el 9,0 %.
No obstante, tanto la eólica (8,1 %) como la solar (6,9 %) avanzaron con rapidez y, combinadas, lograron superar por primera vez a la hidroeléctrica en 2024. Al mismo tiempo, la energía nuclear registró su menor participación en las últimas cuatro décadas y media.
El boom de la energía solar
Si hay un tipo de energía que ha transformado el mix energético en los últimos años, esa es sin duda la solar (de la cual puedes conocer más en este enlace). En los últimos tres años, la renovable estrella ha visto duplicada su producción, alcanzando más de 2000 TWh y convirtiéndose en la mayor fuente de generación de electricidad nueva a nivel mundial por tercer año consecutivo.
Al mismo tiempo, la energía solar es la fuente de electricidad de crecimiento más rápido, superior a un 29 % durante dos décadas sin interrupción.
«La electricidad solar se ha convertido en el motor de la transición de electricidad en el mundo», declara Phil MacDonald, director general de Ember. «Combinada con el almacenamiento en baterías, está destinada a convertirse en una fuerza imparable. Como la fuente de electricidad de más rápido crecimiento y la mayor fuente de electricidad nueva, la electricidad solar es clave para satisfacer la creciente demanda mundial de electricidad».

Durante lo que resta de la década, el sistema eléctrico mundial estará marcado por dos grandes tendencias: el ya comentado ascenso de la energía solar y el fuerte aumento de la demanda eléctrica, impulsado por tecnologías como los vehículos eléctricos, las bombas de calor y los centros de datos.
Aunque factores climáticos, como las olas de calor, pueden provocar repuntes temporales en el uso de combustibles fósiles, el desarrollo de tecnologías como el almacenamiento en baterías apunta a una reducción progresiva de esa dependencia. Incluso si la demanda mundial crece un 4,1 % anual hasta 2030, las renovables podrían seguir el ritmo.
Según Ember, el auge de la solar y la eólica está en condiciones de cubrir la creciente demanda global, lo que lleva a una conclusión contundente: la tecnología limpia se ha convertido en el nuevo motor del desarrollo económico, mientras que la era del crecimiento fósil se encamina a su fin.
Todo esto sólo permite empatar con los datos de 1940
El optimismo en torno a la generación de electricidad limpia está plenamente justificado, pero el informe de Ember proporciona un dato sumamente sorprendente: el 40 % del total a nivel mundial es prácticamente idéntico al registrado 84 años atrás, en 1940. ¿Cómo es eso posible?
Está claro que en la década de los 40 del siglo pasado el mundo no era especialmente ecológico, de hecho, fue en ese momento cuando se produjo la explosión del carbón como fuente de energía.
La razón que explica este sorprendente dato es que gran parte de la electricidad venía de centrales hidroeléctricas, por la sencilla razón de que era lo que había. La energía nuclear aún no existía como opción comercial, el gas apenas se usaba, y el carbón mandaba sin rival.
Aun así, el peso de la hidroelectricidad era tal que, sin querer, se lograba una proporción de electricidad ‘limpia’ sorprendentemente alta.
La gran diferencia es que ahora no lo estamos haciendo por casualidad, sino por necesidad y convicción. En 2024, esa misma proporción del 40 % viene de una mezcla mucho más rica: además de hidroeléctrica, hay solar, eólica y nuclear, con un claro protagonismo de las renovables.
El mundo ha apostado fuerte por cambiar el rumbo y generar electricidad sin seguir calentando el planeta. En los años 40 se llegó a ese porcentaje porque no se conocía otra cosa; hoy lo hemos conseguido porque sabemos exactamente lo que está en juego.
