Lo último en energía solar: fachadas fotovoltaicas y placas de colores

Satisfacer las necesidades energéticas de un edificio de oficinas de ocho plantas puede parecer imposible con energía solar, ya que la instalación fotovoltaica necesaria para ello es considerable y el espacio en la azotea del mismo sería limitado.

Pero, ¿y si fuera posible convertir la fachada del edificio en un gran generador de energía solar renovable? Esto es lo que quieren hacer en Australia, concretamente en un proyecto de construcción a realizar en la ciudad de Melbourne.

Podrías decirnos que esto ya existe en la Escuela Internacional de Copenhague, Dinamarca. Y es cierto, pues dicho edificio incorpora paneles fotovoltaicos en su fachada. Sin embargo, el proyecto del que queremos hablarte va un paso más allá.

1182 paneles solares

La particularidad del proyecto australiano es que la fachada solar acristalada incorporará un total de 1182 placas solares integradas en la misma. Es decir, no se limitará a portar paneles solares convencionales sobre la misma.

«Había estado investigando productos de acristalamiento que funcionaban en Europa y que incorporaban células fotovoltaicas dentro de una pantalla de vidrio para fachadas que no se parecía a los típicos y feos paneles solares que se ven en los tejados», explicaba en el momento de la presentación del proyecto Pete Kennon, fundador de la empresa que lleva su nombre.

«Empezamos a hablar con varios fabricantes y pronto nos dimos cuenta de que no estaban presentes en Australia. Diseñamos la fachada de un edificio con el producto y le presenté el concepto al cliente», ampliaba.

«Nos asociamos con un distribuidor de vidrio local, George Fethers & Co, y enviamos a los ejecutivos del producto desde Alemania para que se reunieran con nosotros. Hicimos un mapa del rendimiento solar de las diferentes alteraciones de la fachada para optimizar la producción de electricidad», prosiguió, en alusión a la empresa germana Avancis.

El sistema de la fachada solar será capaz de producir 142 kWp. Es decir, muy superior a los entre 3 y 6 kWp de una instalación convencional de una vivienda unifamiliar.

Kennon afirma que esta cantidad permitirá producir más electricidad de la que necesita el edificio y, además, eliminará 70 toneladas anuales de emisiones de dióxido de carbono. Se espera que el 550 de Spencer, el nuevo edificio, esté terminado a mediados de 2023.

Placas solares de colores

La diversidad estética llega también a los paneles solares de las instalaciones fotovoltaicas, que por el momento se limitan a ofrecer placas terminadas en negro o en azul oscuro. Esto hace que, en determinados edificios, especialmente si están protegidos, la instalación de placas solares se convierta en un inconveniente estético.

Ya te hemos hablado de diversas soluciones como por ejemplo el tejado solar o también las tejas y las baldosas solares. Pero investigadores de la Universidad Jiao Tong de Shangái están desarrollando unos nuevos paneles solares de colores que pueden contribuir a resolver este asunto.

Dotar a las placas solares de diversos colores puede parecer un proceso sencillo, pero lo cierto es que hasta ahora los estudios realizados han revelado que la necesidad de métodos de fabricación complicados y, sobre todo, una menor eficiencia por parte de las células solares.

En cambio, el nuevo método de los investigadores chinos incluye un revestimiento a base de microesferas de fácil aplicación que agrega color a las células solares de silicio y conserva más del 95 % de su eficiencia original.

A diferencia de los tintes y pigmentos de colores, que absorben ciertos colores de la luz y reflejan el resto, el recubrimiento se basa en el color estructural creado por microesferas de unos pocos cientos de nanómetros de ancho.

Por su parte, el color estructural se hace posible gracias a las características a nanoescala de tamaño uniforme que son lo suficientemente pequeñas como para interactuar y reflejar longitudes de onda de luz específicas. Diferentes tamaños de microesferas reflejan y producen distintos colores. Y en lugar de absorber los otros colores del espectro, estas estructuras dejan pasar el resto de la luz.

Tao Ma, investigador fotovoltaico de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, quien codirigió el trabajo, afirma que «con esta tecnología, no absorbemos la energía solar, solo reflejamos una pequeña parte».

El modo de aplicar el recubrimiento es rociar microesferas de sulfuro de zinc recubiertas en células de silicio comerciales. Las diminutas esferas se autoensamblaron en una capa llamada vidrio fotónico, lo que hizo que las células solares aparecieran rojas, verdes o azules, según el tamaño de las microesferas.

Los investigadores también agregaron patrones multicolores a las células simplemente colocando plantillas sobre el panel antes de rociarlas con diferentes microesferas.