Nuestras viejas carreteras (y nuestra seguridad) piden a gritos que la DGT eche un vistazo a este nuevo asfalto
Científicos de dos prestigiosas universidades están desarrollando un asfalto que promete revolucionar las carreteras, no sólo en materia de seguridad, sino también en lo que costes y sostenibilidad respecta. ¿Llegará el día en que podamos disfrutar de él en nuestras vías?

Hace pocas semanas te contábamos que un informe elaborado por la Fundación RACE indicaba que las carreteras en España están envejeciendo a un ritmo preocupante, con baches y grietas que comprometen la seguridad vial y generan costosos mantenimientos.
Circunstancia que, curiosamente, no aparece en los informes de la Dirección General de Tráfico (DGT) o el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible cuando determinan las causas de los accidentes que se producen en la red viaria española.
Por esa razón, es muy probable que a muchos conductores españoles, así como a ambos organismos, les interese la innovadora tecnología desarrollada por científicos de la Universidad de Swansea y el King's College de Londres. Y es que, en un futuro, podría cambiar el panorama: un asfalto autorreparable capaz de cerrar sus propias grietas sin necesidad de intervención humana.
El desarrollo de esta tecnología aún está en curso, aunque su potencial para mejorar la infraestructura y reducir los costes de mantenimiento es innegable
El asfalto que autorrepara sus grietas
Este asfalto de nueva generación ha sido diseñado con la ayuda de inteligencia artificial (IA) y está fabricado a partir de residuos de biomasa.
Su funcionamiento se basa en la incorporación de diminutas esporas porosas que contienen aceites reciclados. Cuando aparecen fisuras en la carretera, estas esporas liberan el aceite, lo que permite revertir el proceso de agrietamiento y prolongar la vida útil del pavimento.
De momento, esta tecnología sólo ha sido probada en laboratorio, pero ha demostrado ser capaz de reparar microgrietas en menos de una hora.
Una de las particularidades de la investigación llevada a cabo por el chileno José Norambuena y el español Francisco Martin es que ha contado con el apoyo de Google Cloud, utilizando herramientas avanzadas de IA para simular el comportamiento del betún, el componente adhesivo del asfalto.
Gracias al aprendizaje automático, los científicos han podido analizar las moléculas orgánicas en los fluidos complejos del betún, acelerando de esta manera la comprensión de los procesos de oxidación y formación de grietas.
El Dr. Francisco Martin, experto en Química Computacional del King's College London, señala que el objetivo es «imitar las propiedades de curación observadas en la naturaleza. Cuando un árbol o un animal se corta, sus heridas sanan con el tiempo. Crear un asfalto que pueda repararse por sí mismo aumentará la durabilidad de las carreteras y reducirá la necesidad de intervención humana».
Carreteras más duraderas y sostenibles
Aunque el beneficio más evidente de un asfalto autorreparable es un mejor estado de las carreteras y, también, un menor coste de mantenimiento, hay otro que tampoco debe menospreciarse.
Este avance promete carreteras más sostenibles, puesto que la producción de asfalto es una fuente significativa de emisiones de carbono. Además, el uso de materiales reciclados como aceites de cocina usados y biopolímeros derivados de algas marrones podría reducir la dependencia del petróleo y disminuir el impacto ambiental de la infraestructura vial.

En un país como España, donde el mantenimiento de carreteras representa un reto económico y logístico, esta tecnología podría suponer una revolución. Por desgracia, el desarrollo de esta tecnología aún está en curso, aunque su potencial para mejorar la infraestructura y reducir los costes de mantenimiento es innegable.
Un paso importante en la buena dirección sería que este tipo de innovaciones contaran con la colaboración entre el sector público y el privado. Como indica el Dr. José Norambuena, experto en asfaltos autorreparables, «para transicionar hacia carreteras más sostenibles, es necesario que el Gobierno y el sector privado inviertan en iniciativas que impulsen la innovación».
Mientras en el Reino Unido ya se investiga y desarrolla esta solución, en España la Administración pública tiene la oportunidad de tomar la delantera y apostar por carreteras que no sólo sean más resistentes y, por tanto, seguras y económicas, sino también más ecológicas y eficientes.
Fuente: Universidad de SwanseaFotos: Universidad de Swansea
