BMW M4 GTS y M4 CS





















































































































BMW quiere redimirse. Cuando muchos le acusaban de haber perdido su esencia de carreras y deportividad, la marca alemana nos sorprende con una joya que ya ha nacido legendaria. El BMW M4 GTS es el culmen de la deportividad, de los años de competición de la marca. Además de una revolución tecnológica, pues aunque emplea una técnica ya vista, hace esta viable para un mundo real. La inyección de agua.
Pero no es solo eso, lo es todo. El GTS sobrecoge por su estética, interior y sobre todo comportamiento. Es una bestia de carreras, nacida para devorar curvas y alcanzar grandes velocidades. No deja títere con cabeza, y contrario a lo que pueda parecer, resulta tremendamente divertido. Tan diferente es de su modelo base, que incluso el BMW M4 CS es incapaz de seguirle el ritmo. Una pena que solo se hayan fabricado 700 unidades.