Autopistas flotantes (y solares) para bicicletas: una innovadora idea para resolver la falta de espacio en las calles
La start-up suiza URB-X ha presentado una idea que busca brindar a la micromovilidad un espacio en las ciudades sin necesidad de restárselo al tráfico motorizado.
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Publicado: 19/12/2022 11:00
Muchas ciudades están apostando por la micromovilidad en sus calles. Pero eso pasa, en muchos casos, por la necesidad de restarle una parte del espacio reservado a los vehículos motorizados para dárselo a las bicicletas, patinetes y otros vehículos de movilidad personal.
Eso ha propiciado que, en varias de esas ciudades, se hayan producido protestas por parte de los automovilistas. Estos consideran que la implantación de carriles bici en carriles por los que anteriormente circulaban vehículos motorizados genera más congestión y atascos.
Autovías para bicicletas por encima de las calles
Para atajar ese problema, así como el hecho de que, en muchas calles, resulta físicamente imposible instalar carriles bici, la start-up suiza URB-X ha ideado un modo de hacer convivir ambos tipos de movilidad en un mismo espacio, pero sin interacción directa.
Se trata de una autovía flotante, modular y versátil, situada sobre las calles, ya sean las aceras o la calzada destinada a los vehículos motorizados.
En concreto, dicho carril bici flotante se construye sobre pilotes, de manera similar al método utilizado en Países Bajos para los carriles de bicicletas sobre carreteras, ríos y otras barreras arquitectónicas y naturales.
Las Bike Highways, como las llama URB-X, son modulares. Es decir, se componen de varias piezas unidas por rieles de 20 metros de largo cada uno. Esto hace que el montaje sea muy sencillo y también rápido.
Energía, calefacción y más
Pero la idea de la empresa suiza no termina ahí, ya que su diseño hace posible incorporar más funcionalidades a la llamada autovía flotante. Por ejemplo, elementos calefactores para evitar la acumulación de nieve y hielo, iluminación o incluso paneles solares para producir energía con la colaboración de la radiación del Sol.
«Actualmente, estamos construyendo nuestra pista de pruebas de casi 200 metros en Basilea. Y luego podremos observar la producción de energía en la vida real a lo largo de 2023», dice Bálint Csontos, miembro de URB-X.
De igual modo, es posible instalar un sistema de control del tráfico mediante semáforos y advertencias, así como un techo verde. «El concepto nació en un día», dice Bálint Csontos.
Una de las primeras autovías ciclistas de URB-X se construirá en la región de Stuttgart. «Eso es exactamente lo que necesitamos», ha dicho Winfried Kretschmann, primer ministro de Baden-Württemberg.
Según URB-X, el coste de una ruta es de alrededor de 2 millones de euros por kilómetro, más entre 300.000 y 500.000 euros por kilómetro para la estructura de soporte. Las rampas para ascenso y descenso representan costes adicionales.
A modo de comparación, un kilómetro de carretera asfaltada cuesta una media de entre 6 y 20 millones de euros.