¿El alquiler de bicicletas preferentes para trabajar debería estar exento de impuestos? Estocolmo dice que sí y la UE lo niega

Las grandes ciudades buscan nuevas soluciones de movilidad que reduzca el uso de los coches privados en sus centros urbanos. Los países del centro norte del continente europeo están más concienciados con esta idea que los del sur, aunque ya están siguiendo cada vez más esta línea. Las bicicletas tradicionales, así como las eléctricas, van ganando terreno poco a poco, ofreciendo múltiples posibilidades a los clientes. Un mercado que va en auge con una gran oferta.

En países como Suecia, usar la bicicleta para ir a trabajar es habitual, algo que el ayuntamiento de Estocolmo quiere potenciar para los más de 45.000 empleados de sus empresas a través de un formato de suscripción o de leasing firmado con estas. El acuerdo contempla una gran flota de diferentes diseños y características gracias a la fórmula de las bicicletas preferentes, alquilables por un período de 36 meses que, al terminar, se puede comprar pagando el valor actual de mercado o cambiarla.

Bicicletas preferenciales, la fórmula en Suecia para evitar el coche

Durante esos tres años cuentan con garantía, y el pago mensual se realiza a través de una deducción en el salario bruto, es decir, el trabajador cobra menos pero a cambio recibe el beneficio de la bicicleta, sin IVA. Una importante diferencia si el cliente alquila una bicicleta por su cuenta que, según expertos, supone un 42% de ahorro. Un aliciente, pero que se ha topado con la intervención de la agencia tributaria sueca por culpa de un litigio en Alemania con sentencia del Tribunal de Justicia de la UE.

En este caso, una empresa alemana pidió amparo al tribunal al considerar que el arrendamiento de una bicicleta no debería de estar exenta del IVA, si bien la más alta instancia sentenció que el pago del impuesto es obligado cuando el vehículo en cuestión también puede utilizarse para uso privado. Y es lo que ha interpretado la agencia tributaria sueca, aplicando directamente la jurisprudencia europea.

¿La movilidad sostenible debe estar exenta de impuestos?

En Suecia, una bicicleta eléctrica preferencial cuesta cerca de 1.800 euros. Según esta sentencia, habría que añadir el 25% de IVA, ascendiendo hasta los 2.250 euros. La decisión se basa en la dificultad de la empresa, y de los trabajadores, de demostrar que el vehículo se utilizará exclusivamente como medio de desplazamiento para uso laboral, y no para el privado y particular. Estocolmo lo considera un despropósito, porque la exención del IVA es la gran diferencia con comprar o alquilar una bicicleta por cauces convencionales. La cuestión es cómo determinar si es un bien exclusivo para un uso o para otros, y es lo que ahora la justicia sueca tratará.