Ojo a este dato: bicis, patinetes y motos eléctricas reducen mucho más las emisiones que los coches eléctricos

Los vehículos eléctricos están cada vez más presentes en las ciudades y entornos urbanos, ya que constituyen una excelente alternativa de movilidad verde. Pero no son los coches u otros vehículos de cuatro ruedas los que capitanean esta revolución libre de emisiones.

Quien vive o se desplaza por la ciudad sabe que la verdadera revolución de los últimos años la protagonizan los vehículos eléctricos de dos ruedas, principalmente los patinetes, bicicletas, ciclomotores y motocicletas, casi todos ellos eléctricos.

Un estudio realizado en el Reino Unido señala que los patinetes eléctricos redujeron un 45 % las emisiones de dióxido de carbono

No en vano, permiten completar trayectos de varias decenas de kilómetros sin gran esfuerzo y de forma rápida y ágil, pero también económica. Además, tampoco obligan al propietario a desembolsar grandes cantidades de dinero en la compra y mantenimiento, ni tampoco en una plaza de garaje.

En las grandes ciudades de los países desarrollados, alrededor de la mitad de los trayectos en coche cubren menos de 10 kilómetros, una distancia que puede completarse de forma sencilla con vehículos eléctricos de dos ruedas.

La micromovilidad reduce la demanda de petróleo

Según datos de Bloomberg, los llamados vehículos de micromovilidad (bicicletas, patinetes, ciclomotores y motocicletas) eléctrica reducen la demanda de petróleo cuatro veces más que los vehículos de cuatro ruedas. Algo principalmente impulsado por su excepcional popularidad, no sólo en China, sino también en multitud de países de todo el mundo.

En 2022 se registraron algo más de 20 millones de turismos eléctricos, a los que se le sumaron 1,3 millones de vehículos comerciales cero emisiones. Sin embargo, es una cifra minúscula en comparación con los más de 280 millones de ciclomotores, motocicletas, patinetes, bicicletas y vehículos de tres ruedas eléctricos que circulaban por el mundo en ese mismo periodo.4

Esto ha propiciado que los pequeños dominadores de las ciudades reduzcan la demanda de petróleo en un millón de barriles diarios, lo que se traduce en un 1 % de la demanda total a nivel mundial.

Un estudio realizado en el Reino Unido señala que los patinetes eléctricos redujeron un 45 % las emisiones de dióxido de carbono, mientras que otro en Estados Unidos determinó que realizar el 11 % de los viajes urbanos en coche con bicicletas eléctricas generaría una reducción del 7 % de las emisiones del transporte.

Ventajas de utilizar bicis, patinetes o motos eléctricas

Si bien los coches eléctricos suponen un avance en materia de medio ambiente con respecto a los tradicionales de combustión, siguen siendo grandes vehículos que ocupan mucho espacio, cuestan mucho dinero y demandan una gran cantidad de energía, además de requerir un gran gasto en mantenimiento.

En cambio, los vehículos de micromovilidad, como es el caso de los patinetes y las bicicletas eléctricas -o las motocicletas y ciclomotores en menor medida- requieren bajas cantidades de energía y también inversiones más reducidas, tanto en la compra como en el mantenimiento.

A modo de referencia, en 2022 las bicicletas eléctricas costaban de media 2.940 euros, siendo con diferencia el medio de transporte de dos ruedas más caro comparativamente. Un patinete eléctrico de calidad, por su parte, puede costar 400 euros.

Este tipo de medios de transporte también resuelven varios problemas importantes intrínsecos a las ciudades: sortear el tráfico y encontrar aparcamiento. Especialmente los patinetes y bicicletas eléctricas, que son más livianos y pequeños, siendo además muchos de ellos plegables.

Esta última circunstancia, además, permite combinarlo con el transporte público, así como guardar el vehículo en espacios reducidos de trasteros, armarios o rincones de la casa.

El punto álgido del petróleo se acerca

Diversos estudios y previsiones señalan que el momento en el que la demanda de petróleo llegará a su máximo y comenzará a reducirse está muy cerca. Según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), este punto llegará en 2028.

Será entonces cuando los vehículos eléctricos desempeñarán un papel predominante en la reducción de la demanda de petróleo, algo a lo que también ayudará la bajada de precios de las baterías, venta y costes de funcionamiento de este tipo de transporte.

Aún así, queda todavía mucho camino por recorrer, aunque los datos indican que para la micromovilidad urbana el trayecto es mucho más corto… y limpio.

Fuente: The Conversation