Jornada en la 4x4 Experience de Suzuki, risas, aprendizaje y barro
Cómo nos gusta el barro. Creo que es un sentimiento y gusto que arrastramos desde nuestra más tierna infancia. Hoy en día no nos es muy habitual disfrutar de esos pequeños placeres, pero gracias a las 4x4 Experience de Suzuki lo podremos hacer.
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Publicado: 07/03/2016 16:00
Sí, cada vez somos más urbanitas, y sí, cada vez las ciudades son más grandes, con sus centros comerciales, sus cines, y su bullicio y rutina. Pero en cierto modo todos queremos desprendernos de eso, queremos aventura y experiencias nuevas, y es ahí donde surge la figura de las jornadas 4x4 Experience de Suzuki. Una jornada plagada de diversión, campo y si hay suerte barro, mucho barro.
Si miramos los coches con los que nos cruzamos cada día, nos habremos percatado de que cada día son más los SUV o Crossover que se dejan ver. Este tipo de coches se pensó originalmente para un uso combinado para ciudad y campo. Una especie de vehículo polivalente para un mundo de extremos. Sin embargo rara vez estos salen del duro asfalto, cada vez son menos camperos y más urbanos. Aunque no todos claro.
Seguro que si cerramos los ojos y nos imaginamos un Suzuki, nos lo imaginamos con un dedo de polvo, surcando algún obstáculo o de barro hasta las cejas. Y no es de extrañar que lo imaginemos así pues el pedigrí campero que tiene la marca es difícilmente igualable por cualquier otra. A día de hoy, a pesar que su giro al lado SUV es más que evidente, sigue pensando en ese carácter agreste a la hora de diseñar sus vehículos.
Si echamos un vistazo a su gama de todoterreno/SUV nos encontramos con hasta tres modelos diferentes. Por un lado el Suzuki SX4 S-Cross, el más grande de los tres. Por otro lado nos topamos con uno de esos nombres que resuenan en los campos de medio mundo, el Vitara. La nueva generación ha perdido mucho carácter off-road para pasar a ser más urbano, sin embargo aún le restan capacidades para adentrarse en terrenos complicados.
Por último el Suzuki Jimny, podríamos decir que la joya de la casa desde un punto de vista rural. Un pequeño por el que no pasan los años, y que sigue siendo uno de esos coches que hay que comprarse si lo que buscamos desesperadamente es hacer el loco por los campos de España. Pequeño sí, pero divertido a más no poder.
Volviendo a las 4x4 Experience, éstas están organizadas conjuntamente con el fabricante japonés para que así puedas dar buena cuenta de las capacidades que tienen sus vehículos más allá del asfalto. Una manera de evadirse de la rutina, de la ciudad y del bullicio. Una manera de pasarlo bien, disfrutar y si hay suerte, embarrarse como cuando éramos niños.
Las jornadas se celebran en la toledana Finca Montealegre, cercana a la localidad de Villatobas. En ellas se podrá disfrutar, mayoritariamente, del nuevo Suzuki Vitara, adentrándonos con él por caminos rurales, rotos y desvencijados, por pendientes de locura y por un circuito especialmente diseñado para mostrar todas las aptitudes de un todocamino que también echa un vistazo a cada camino que cruza.
Pero antes de eso, la jornada arranca con un desayuno de bienvenida y una posterior charla informativa sobre qué es lo que se va a hacer y cómo actuar ante cada obstáculo o peligro al que se va a hacer frente. Es importante este paso pues más tarde habrá que afrontar obstáculos que aunque el coche es capaz de pasarlo sin problemas, es el miedo el que puede condicionar el buen devenir de la jornada.
La charla previa, o el briefing como gusta decir a los profesionales, también nos permite conocer las cualidades del sistema de tracción total de los Jimny y Vitara con sus bloqueos de diferencial y los diferentes modos de actuación de los controles electrónicos y de las reductoras que estos incluyen.
Ahora sí, hora de montarse en los coches, remangarse, si el tiempo lo permite, y adentrarse en el campo. A diferencia de otros cursos que podrás encontrar por ahí, en este hay mucho tiempo para conducir, para hacer los ejercicios tantas veces que al final se hagan sin miedos ni problemas. Aquí se viene a conducir, así que el protagonismo lo tiene la acción, no la palabra.
Tras más de tres horas de conducción, y con el Suzuki Jimny como gran protagonista por sus capacidades sorprendentes, es hora de relajarse y compartir las hazañas en grupo gracias a una comida en la finca. Una excelente manera de concluir una jornada que nos gustaría que no acabara. Mucha diversión, polvo, barro, risa y experiencias. Totalmente recomendable, tanto en un grupo de trabajo, de amigos, como en familia.