Lo mismo, pero diferente: 5 formas de remarcar un coche para que parezca otro
Cuando hablamos de que un coche está remarcado, quiere decir que ha tenido diferentes aspectos en función de dónde se ha vendido y de circunstancias concretas. Hay distintos niveles, desde cambiar el nombre del mismo coche hasta compartir ingeniería entre distintos modelos.
7 min. lectura
Publicado: 01/06/2023 19:00
A lo largo de más de 125 años de historia del automóvil, encontraremos compañeros de viaje extraños y decisiones difícilmente comprensibles sin haber estado reunido con los directivos. Unas veces con acierto, otras veces un completo fracaso, los remarcados se llevan haciendo durante décadas, y pocos fabricantes están exentos de haberlo hecho alguna vez.
Como desarrollar un coche es bastante caro, un simple cambio de aspecto puede dar lugar a un producto diferente, pero sin gastar tanto en ingeniería. Es más, los remarcados han permitido alargar las vidas comerciales del «mismo» coche durante décadas. Veamos las técnicas principales para que los fabricantes nos den gato por liebre.
1) Cambio de nombre de modelo
A veces, el mismo coche -y de la misma marca- tiene que llamarse de otra forma en mercados concretos porque el nombre original no es atractivo, e incluso suena mal o se presta a chanzas. Por ejemplo, el SEAT Málaga tuvo que renombrarse en Grecia a SEAT Gredos, y el Mitsubishi Pajero por la misma razón se denominó Montero en España.
Menos mal que Mazda no vendió en nuestro país el Laputa, ni Nissan el Moco
En otras ocasiones, resulta que un nombre concreto no se puede utilizar, por eso en Alemania Occidental el Ford Mustang de primera generación tuvo que venderse como Ford T5. También se han empleado las fórmulas alfanuméricas, como Datsun 100A/120A en vez de Datsun Cherry. Logos aparte, el coche es el mismo más allá de adaptaciones exigidas por la legislación o cualquier otro motivo.
2) Cambio de logotipos o escudos
Esta práctica es bastante habitual en el mundo del vehículo industrial y dentro del mismo fabricante, simplemente se cambia un logotipo de marca por otro, aunque se mantenga el nombre del modelo. Así, el Dodge Neon se comercializaba también como Plymouth Neon en Norteamérica, pero en Europa se llamaba Chrysler Neon, o el reciente caso del Toyota Yaris Hybrid y el Mazda2 Hybrid.
Es posible también la supresión del logotipo de la marca. Cuando los primeros Acura Legend y Acura Integra llegaron a Estados Unidos, venían sin logotipos de Honda, porque no querían pasar como simples Hondas caros. Pasaron dos años hasta que se pudo ver un logotipo específico de Acura, a su vez una marca de Honda. También puede una marca cambiar a otra, como los Daewoo a Chevrolet en Europa.
3) Restyling mínimo
Esto lo podemos ver tanto dentro de un mismo fabricante como en una alianza de fabricantes. Un ejemplo cercano en el tiempo puede ser el Mitsubishi ASX de segunda generación, que sigue siendo un Renault Captur pero con algo más que un cambio de logotipos. Hay unas cuantas diferencias adicionales, aunque los paneles principales de carrocería son exactamente iguales. Se tiende a cambiar piezas menos costosas.
Esta práctica facilita que el mismo modelo pueda echar una mano en diferentes mercados o a una marca que carece de un modelo de coche concreto. Uno de los mejores ejemplos de la historia es el subcompacto de General Motors e Isuzu de 1974, que tuvo más nombres que el mismísimo diablo, entre ellos Opel Kadett, Daewoo Mapsy, Isuzu Gemini o Chevrolet Chevette.
4) Restyling profundo
En este caso, se trata de hacer pasar un coche por otro completamente distinto, sobre todo para un público con el ojo poco entrenado. Encontraremos algunos ejemplos en marcas chinas que, literalmente, compraron modelos descatalogados en Occidente y les dieron uno o varios lavados de cara hasta dejarlos poco reconocibles.
Por ejemplo, el NJ7150 o Nanjing Yuejin Soyat, absoluto desconocido en Europa, era en realidad un SEAT Ibiza de la primera generación. Se seguía vendiendo 10 años después del restyling de 1991, aunque como sabemos la plataforma tenía ya sus 20 años encima. Esta reutilización extrema, aunque era un coche muy distinto por fuera y por dentro, permitía ofrecerlo a un precio ridículo.
5) Restyling completo
Esta fórmula permite ahorrarse mucho dinero en ingeniería, motorizaciones y producción, aunque toca trabajar más a la hora de distinguir los diseños de unos y otros. Por ejemplo, hay muchísimos elementos en común entre el SEAT Ibiza, el Volkswagen Polo o el Audi A1, que comparten la plataforma MQB, infoentretenimiento, motores... Algunas piezas poco visibles tienen diferente escudo al del coche.
Sin embargo, son coches completamente diferentes por fuera, e incluso son muy distintos por dentro. El ojo experto puede ver algunas cosas en común, como puede ser el sistema operativo del infoentretenimiento, aunque el aspecto también sea distinto. Los remarcados tienen más personalidad y se consideran modelos distintos, ya que, realmente, distintos son, y la clientela suele percibirlos así y tener una puesta a punto específica.