¿A qué velocidad salta el airbag?
Los airbag solo tardan 30 milisegundos en llenarse, la velocidad a la que saltan es superior a los 250 km/h. Se basan en varios sensores y su funcionamiento depende de una centralita que interpreta la información recogida por estos sensores.
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Publicado: 07/08/2020 15:00
El airbag es obligatorio desde el año 2006; no su uso, sino su instalación en los vehículos. Es una 'bolsa' de gas nitrógeno que se infla de forma instantánea para absorber la energía cinética en un impacto. Digamos que 'acolcha' nuestro impacto, gracias a su activación a través de sensores de desaceleración y la respuesta del detonador. Pero ¿a qué velocidad salta el airbag?
Esta pregunta tiene dos respuestas: una en relación a la velocidad de inflado del airbag y la otra en relación a la velocidad requerida, en un impacto, para que se active el sistema de seguridad. Pero el segundo caso es difícil de responder porque, en realidad, no hay una velocidad establecida sino que depende de la desaceleración, que será mayor cuanta menor energía se absorba en el impacto.
¿A qué velocidad salta el airbag del coche en un accidente?
El airbag de un coche salta a más de 250 km/h; esto quiere decir que tarda aproximadamente 30 ms en llenarse la bolsa por completo. Sí, es extremadamente rápido, pero es que nuestra cabeza apenas tardará 30 ms más en impactar contra el mismo. Por eso, los airbag están diseñados para llenarse a la máxima velocidad posible y absorber la energía cinética.
Los airbag se basan en tres sistemas: los sensores que detectan la intensidad, procedencia, trayectoria y deceleración del impacto y una centralita reguladora que analiza esta información y genera la respuesta adecuada junto al último elemento que son los propios airbag. Los sensores son acelerómetros, giroscopios y sensores de presión que pueden 'identificar' la magnitud y el tipo de impacto. Y la centralita es algo así como un 'ordenador' que interpreta la información recogida por los sensores.
El airbag, en último lugar, es una bolsa resistente que se infla por la orden de la centralita, la acción del detonante y una reacción química que, como avanzábamos, hace que se inflen en solo 30 milisegundos. Pero cuentan con orificios que permiten que se desinflen también rápidamente al impactar contra los mismos. Porque sino, en lugar de absorber la energía, podrían causar daños mayores.