ACEA se abre a límites de CO2 más exigentes si Europa potencia los puntos de carga
La futura norma de emisiones Euro 7 promete rebajar el límite máximo por debajo del 50% cuando entre en vigor en 2027. Los fabricantes europeos, a través de ACEA, ya han anunciado que cumplirán estos objetivos si hay un compromiso para reforzar la infraestructura de carga de coches eléctricos y de hidrógeno.
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Publicado: 04/04/2021 20:00
Por primera vez, los fabricantes europeos están de acuerdo en cumplir con los exigentes límites de emisiones que propone la Unión Europea en una norma de emisiones. Lo cierto es que no cabe otra opción posible, cuando la combustión se está volviendo en contra y es la Unión Europea la que busca el consenso de un año límite para esta tecnología, y para todas los marcas, casi imponiendo los coches eléctricos.
La Euro 7 entrará en vigor en 2027. Entonces, las emisiones promedio de CO2 de toda la gama de vehículos de una marca tendrá que estar muy por debajo de los 47 g/km, y las de óxido de nitrógeno (NOX) se igualan a 30 mg/km para los motores de gasolina y diésel, una medida muy drástica si tenemos en cuenta que el límite actual se establece en 60 mg/km para los gasolina y 80 mg/km en los diésel. La propuesta de la norma reguladora se aprobará a finales de 2021, por lo que los fabricantes ya han movido su ficha: la asociación de marcas europeas que se integran en ACEA están abiertos a cumplir regulaciones más estrictas.
Las marcas piden que los países europeos desplieguen una red de carga rápida para coches eléctricos
Lógicamente no es gratis, sino que piden contraprestación por parte de la Unión Europea y los países miembros. Los fabricantes están de acuerdo en cumplir con los objetivos climáticos del Viejo Continente para 2050, y están realizando grande esfuerzos para construir una completa oferta de coches eléctricos, tecnológicamente avanzados y adaptados a todos los clientes, pero piden que sean los países europeos los que apuesten por una infraestructura de carga suficiente.
Oliver Zipse, CEO de BMW y uno de los miembros de la asociación europea de fabricantes, ha señalado que «cualquier nuevo objetivo de CO2 para 2030 para automóviles debe estar condicionado a un aumento de infraestructura correspondiente. Necesitamos utilizar todas las tecnologías de transmisión disponibles para reducir la huella de carbono de nuestra flota de vehículos. Para la adopción de vehículos eléctricos, se aplica una lógica simple: la cantidad de puntos de carga y estaciones de hidrógeno que los estados miembros de la UE realmente se comprometen a implementar».
Zipse, en representación de todos los fabricantes integrados en ACEA, también ha pedido a la comisión de la UE un marco legal para el rápido despliegue de la infraestructura de carga privada, tanto en el ámbito doméstico, como en el laboral, los sitios de trabajo. Si bien es una demanda lógica por parte de las marcas, se trata de un objetivo de una gran envergadura, pues para cumplir con los objetivos de CO2 en 2030 rebajando nada menos que un 37,5%, se necesitarán, aproximadamente, tres millones de puntos de recarga públicos, y hoy solamente existen 225.000 en todo el continente.
Fuente: ACEA