Airbus presentará y probará su primer prototipo de vehículo personal autónomo en 2017

Boceto del prototipo de transporte autónomo personal.

Hace relativamente poco tiempo que Airbus revelaba sus planes de desarrollar nuevos sistemas de transporte aéreos autónomos y personales. El pasado verano os describíamos la visión del conglomerado europeo sobre nuevos sistemas de transporte de tecnología autónoma, taxis aéreos capaces de moverse de manera totalmente autónoma. Un panorama con un horizonte muy lejano a priori.

Esta semana, sin embargo, la compañía ha revelado que pretende realizar las primeras pruebas con un prototipo funcional antes de que acabe este mismo año. Lo que significa que en breve podríamos ver la presentación de este prototipo, cuyos bocetos podrían adelantar sus formas.

Lo cierto es que a pesar de que el vehículo es denominado como “coche volador”, realmente no podemos definirlo como tal, ya que no sería apto para circular por carreteras o calles convencionales. En realidad, por su tipología es más una especie de vehículo aéreo personal.

Boceto de uno de los "autobuses voladores".

Si el boceto muestra lo que realmente está desarrollando Airbus, podríamos hablar de un pequeño avión de despegue vertical, o más conocido por sus siglas en inglés VTOL (Vertical Take-off and Landing). Este dispone de unas hélices, tal y como aparece en los bocetos, que pueden modificar su inclinación, permitiendo que el vehículo pueda realizar las maniobras de despegue y aterrizaje verticalmente, prescindiendo de la habitual pista de aterrizaje.

Por el momento, los bocetos presentados por Airbus muestran pequeños vehículos en los que parece caber tan solo un pasajero, aunque probablemente la versión real podrá acoger a más ocupantes. De la misma manera, la idea planteada inicialmente por la compañía contempla vehículos de mayor tamaño, con capacidad para múltiples pasajeros, también operados de manera autónoma.

Por el momento, el desarrollo de este proyecto y sus posteriores pruebas son un mero estudio de viabilidad para la compañía. Por un lado pretende desarrollar la propia tecnología de funcionamiento autónomo y por otra su posible implantación. Lo que significa que estamos ante un proyecto real, pero no viable o al menos, que no se traducirá en un producto disponible en el mercado a corto plazo.