Alemania recula en su objetivo de un millón de cargadores eléctricos en 2030, serán muchos menos al subestimar a los ciudadanos

Es responsabilidad de los fabricantes que los coches eléctricos cumplan con las expectativas de autonomía y precio que los homólogos de combustión. Estos dos factores son claves para que los países europeos puedan convencer a los ciudadanos del abandono de la combustión tradicional, pero también hay un tercer factor sumamente importante y que es responsabilidad de los gobiernos: una infraestructura de carga adecuada.

Hace unos meses que la UE lanzó el mensaje a los países miembros de la obligatoriedad de garantizar la recarga pública de coches eléctricos en las principales carreteras de cada país, sacando pecho Alemania al anunciar que instalaría un millón de puntos de carga en 2030. El «Bundestag» ha previsto que 15 millones de coches eléctricos rueden por sus carreteras en 2030, por lo que necesita una red de carga a la altura. La infraestructura de este gran líder europeo presenta una importante desigualdad a lo largo y ancho del país, con menos estaciones de carga en el este y el centro y más en el oeste y el sur.

Alemania ajusta su objetivo de un millón de cargadores a una nueva realidad

Pero este importante reto de ser el país con más cargadores eléctricos no se cumplirá, pues el gobierno ha decidido recortar masivamente esta cifra a una entre los 450.000 y los 800.000 cargadores públicos disponibles en 2030. Cabe preguntarse que es lo que ha cambiado en esta decisión aireada a los cuatro vientos hace poco tiempo para rebajar tales pretensiones, para lo que hay una respuesta. Los alemanes apuestan cada vez más por los paneles solares y por la carga doméstica a través de cargadores particulares.

Una cuestión que se subestimó dado el elevado precio de los cargadores y su instalación, por lo que el gobierno asumía esta parcela. Este factor es clave en la decisión del gobierno alemán, que ahora no solo ha reducido el número de instalaciones, sino que se ha decantado por potenciar la carga rápida y ultra-rápida en las principales carreteras de la red germana, además de alargar la distancia entre los puntos disponibles.

Las marcas y los ciudadanos, tras la nueva estrategia alemana

A ello contribuye también la decisión de los fabricantes de ofrecer cargadores de a bordo más potentes en los últimos eléctricos, incluso también en híbridos enchufables como la nueva generación del Volkswagen Tiguan que será presentada en poco más de dos meses. Las baterías también son cruciales, cada vez con más capacidad y, por tanto, autonomía, contribuyendo también a reducir el importante desembolso que el gobierno alemán había previsto.