Alemania investigará 30 modelos por elevadas emisiones de CO2
La investigación iniciada en noviembre por parte de las autoridades de transporte alemanas han detectado que, de los 53 modelos probados, 30 tienen unas emisiones de CO2 más altas de las esperadas, y por ende, tienen un mayor consumo de combustible.
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Publicado: 24/05/2016 18:00
Los consumidores europeos llevamos años comprobando cómo es difícil o imposible lograr los consumos oficiales que dan los fabricantes, obligados a su vez por la Unión Europea. Cada año que pasa, la desviación de homologación y realidad es más grande.
Pero las autoridades europeas están empezando a darse cuenta a raíz del escándalo de las emisiones que empezó a costa de Volkswagen. Como se está investigando a la industria del automóvil en general, empiezan a salir detalles sobre la forma de proceder de los fabricantes.
Alemania inició una investigación a finales de 2015, con el objeto de encontrar más trampas como las de Volkswagen. De momento no las han encontrado, pero sí importantes desviaciones en consumo y emisiones. Eso ocurre porque los coches se preparan para superar una prueba de homologación, no para ir en el día a día igual de bien.
Las marcas más representativas fueron analizadas, un total de 23, entre las que están Ford, Peugeot, Fiat, Volkswagen y compañía. Se han analizado 53 modelos, y de ellos 30 tienen consumos y emisiones de CO2 superiores a las esperadas, "inexplicablemente altas" en palabras una portavoz del ministerio de transporte alemán.
Esos 30 modelos serán investigados más a fondo para revelar cuánto consumen y emiten en realidad. El consumo de gasolina y gasóleo es directamente proporcional a las emisiones de CO2, ya que es una reacción química ajustada. Durante años hemos sido objeto de un engaño colectivo.
Antes de que las autoridades se diesen cuenta, las ONG Transport & Environment (T&E) y el International Council on Clean Transportation (ICCT) denunciaron esta situación. En 2001 la diferencia entre consumo homologado y real era mínima (8% de media), pero hoy día se acerca peligrosamente al 50%. El consumo está bajando, sí, pero mucho más despacio de lo esperado.
El ministerio de transporte alemán está preparando un informe que dará cifras y nos permitirá hablar de modelos concretos. La ONG T&E ya ha mostrado los casos más representativos de diferencia homologación/realidad. Eso ha permitido que dos fabricantes reaccionen para bien, ofreciéndose a ser auditados para analizar correctamente sus consumos y emisiones: PSA y Opel/Vauxhall.
Mediante unos equipos portátiles de medición de gases (PEMS) es posible determinar con gran precisión cuál es el consumo real y las emisiones de los coches. Así, los fabricantes pueden añadir a la cifra oficial otra lograda en condiciones de circulación real, para que el consumidor no se sienta estafado.
Se están dando cuenta tarde, pero se están dando cuenta. Varias bases de datos, como Spritmonitor, estaban poniendo de manifiesto que los consumos que obtienen los usuarios de los turismos tienen cada vez menos que ver con las cifras oficiales. Los PEMS se encargarán de despejar las dudas sobre la validez de esos datos.
Con el tiempo, los fabricantes han aprovechado toda la flexibilidad que permite el reglamento para jugar siempre en las condiciones más ventajosas. Eso se acaba el año que viene, porque las pruebas se harán no solamente en laboratorio -en condiciones controladas- sino en carretera.
En Estados Unidos, cuando un fabricante da una cifra de consumo oficial incorrecta, hay indemnizaciones a los dueños por el coste adicional del combustible, y eso cuesta cientos de millones de dólares. En Europa eso no ocurre, porque el propio sistema en sí es un fraude, así que "todo es legal".
Los fabricantes han hecho todas las trampas que les han permitido, y ahora se llevan las manos a la cabeza. Posiblemente esos informes no cambien nada, ni haya indemnizaciones, pero al menos el consumidor sabrá a quién castigar, y sabrá también quién ha sido más sincero y ha hecho menos trampas.