El importante motivo que impide a Alemania ponerse del lado de los nueve en contra de la Euro 7 y de sus principales marcas

Está más que claro que no hay unanimidad entre los países europeos para la implantación de la exigente norma de emisiones Euro 7 en 2025. Las marcas de coches acumulan meses llamando a las puertas de la Unión Europea quejándose de los elevados costes que suponen las mejoras necesarias para el cumplimiento de los límites marcados por Bruselas, y que tendrá una importante consecuencia para los clientes: los precios de los coches nuevos serán mucho más caros.

Los oídos sordos que los Bruselas y Luxemburgo están haciendo a los fabricantes también está teniendo una repercusión que, a buen seguro, no tenía planeada la UE, pues nueve países se le han vuelto en contra para su aprobación. Italia, Francia, República Checa, Rumanía, Portugal, Eslovaquia, Bulgaria, Polonia y Hungría ya han expresado su malestar y, aunque se trate de una minoría, tienen la suficiente fuerza como para tumbar la propuesta e impedir la entrada en vigor de la Euro 7. Sin embargo, hay muchos que echan de menos un país clave en esta área: Alemania.

El enfrentamiento de dos ministerios enfrentados por la norma Euro 7

Su industria del automóvil, que son parte de ACEA, la asociación de fabricantes europeos, no entienden que su patria les haya dado la espalda, máxime si tenemos en cuenta la encarnizada lucha que han mantenido hace unos meses para la permisividad de los combustibles sintéticos como alternativa a los fósiles más allá de 2035. Una posición que hace pensar que Alemania podría tener un compromiso con los ejecutivos de Bruselas para no «torpedear» más ninguna otra propuesta. Un motivo mucho más problemático.

Los germanos no pueden convertirse en el décimo país contra la Euro 7 si no causa un cisma en su gobierno a dos bandas, porque el Ministerio Federal de Transporte y el de Medio Ambiente no se ponen de acuerdo. Al frente del primero se encuentra Volker Wissing, quien sí considera que «implantar la Euro 7 ahora es un error de considerables consecuencias», mientras que en el segundo se halla Steffi Lemke, socia de la coalición alemana y esta ya ha dejado clara su posición, apostando porque entre en vigor en sus plazo originalmente propuesto.

La posición de Alemania en la Euro 7 solo tiene una salida

Este es el motivo clave para entender la postura de Alemania frente a la grave situación de la Euro 7, y de la que se espera un retraso de unos años para su entrada en vigor, entre dos y cuatro, una renegociación de las líneas rojas entre los países miembros y el Parlamento Europeo en una nueva reunión que se celebrará en 2024 y en la que Alemania solamente tiene una solución: abstenerse, porque el enfrentamiento de los dos ministerios, con socios tan distanciados, impedirá un acercamiento y una unificación de las posturas.