IndyCarAlex Palou arrasa en el Gran Premio de Indianápolis y se pone líder antes de la Indy 500

En el momento y lugar precisos, Alex Palou ha dado un golpe de autoridad en la mesa proverbial de esta temporada de IndyCar. A su gran consistencia en este inicio de año, que le situaba tercero con un podio y sin bajarse del top 10, le faltaba aún un triunfo que encaminase su candidatura, aquel que en 2022 tardó tanto en llegar pese a rozarse muchas veces. En su segunda gran oportunidad de victoria, el piloto español ha dado el do de pecho y se ha hecho con un contundente triunfo en el Gran Premio de Indianápolis, el quinto de su carrera en IndyCar, que llegó a evocar el dominio incontestable de su última conquista en Laguna Seca.

Palou partía desde el tercer lugar, pero era el único de los siete primeros que iniciaba la prueba con neumático blando, un aspecto nada desdeñable en el circuito donde las estrategias de gomas son más cruciales. Sin tiempo que perder, se deshizo de Felix Rosenqvist en la arrancada, y aunque Christian Lundgaard defendió con ahínco su primera pole al casi mandar a Palou a la hierba, el piloto de Ganassi volvió a la carga y le sorprendió en el segundo viraje de la chicane final, completando la primera vuelta como líder de la prueba.

Por detrás, hubo un poco del habitual caos en la curva 1 del Indy GP, esta vez con un Graham Rahal cuya buena posición de salida quedó en nada al sufrir un pinchazo por un toque de Kyle Kirkwood. Sus problemas frenaron mucho a Scott Dixon, que se despeñó del top 10 e iría todo el día a contrapié. Ya en la segunda vuelta, Rosenqvist había caído al quinto lugar tras Jack Harvey y un pillo Alexander Rossi, que había ganado seis lugares gracias a los líos por delante y sus gomas blandas.

Ahí quedó la carrera neutralizada con el único 'caution' del día, cuando una pasada de frenada de Sting Ray Robb al intentar pasar al alicaido Romain Grosjean le hizo llevarse puesto a su propio compañero, David Malukas, causando el abandono de los dos. Tras la resalida, Harvey cayó en pocas vueltas a la octava plaza, mientras Palou hacía buen uso de sus blandos para abrir un margen de hasta cinco segundos con Lundgaard, quien estaba siendo perseguido por un trío de coches de McLaren que cerraba Pato O'Ward y por otros dos oponentes con el blando, Josef Newgarden y Colton Herta, que avanzaban desde la séptima línea de parrilla. Más atrás, otro toque de Kirkwood, esta vez con Will Power, terminó por rezagar a los dos para el resto del día.

Palou hizo su primera detención en la vuelta 19, dos antes que un Lundgaard que salió de pits a poco más de un segundo. Siendo ahora el danés quien tenía las gomas blandas, accedió al liderato en la recta trasera durante la vuelta 24, pero en ningún momento del stint llegó a acumular una ventaja superior a 2.5 segundos. Por detrás, entre los McLaren, solo Rossi usaba el duro en este stint, lo que le hizo caer detrás de los otros dos, pero contaba con un buen margen sobre sus perseguidores. A su vez, Harvey ya era undécimo cuando un trompo en la vuelta 30 terminó por arruinar su jornada. Eventualmente, los blandos de Lundgaard dijeron basta, y Palou le pasó en la vuelta 42 antes de que ambos hicieran su segunda parada.

O'Ward adelantó su detención hasta la vuelta 40, antes que todos sus oponentes directos, y logró situarse delante de Palou y Lundgaard tras sus paradas, pero ambos dieron cuenta del mexicano en apenas dos vueltas . En este stint, Lundgaard llevaba blandos usados por los duros nuevos de Palou, pero no fue competencia para el español, que empezó a marcharse hasta tener una ventaja de 6.5 segundos en la vuelta 58, tres antes de su parada final. Justo antes de ello, O'Ward pasó a ser segundo, y Lundgaard acabó su tanda pidiendo la hora con Rossi a su vera.

A partir de aquí, la carrera fue un paseo triunfal para Palou, que tenía un margen de ocho segundos tras las paradas, lo mantuvo en 10 durante gran parte del stint y mantuvo el pie a tabla mientras O'Ward perdía comba en las cuatro vueltas finales, viendo la bandera a cuadros con casi 17 segundos de margen. No fue el casi medio minuto de ventaja del pasado septiembre en Laguna Seca, pero fue toda una declaración de intenciones antes de intentar quitarse la espinita que le dejó las dos últimas ediciones de las 500 millas de Indianápolis.

Por tercera vez este año, O'Ward se ve resignado al segundo puesto, el mismo que ocupa en la general a seis puntos de Palou. Acabando la carrera con blandos, su compañero Alexander Rossi celebró su primer podio con McLaren, tras denegarle el cajón a Lundgaard a nueve vueltas del final después de que el danés se quedase sin 'push-to-pass'. Eso sí, le aguantó lo justo el tirón ante la presión de Rosenqvist para sacar un cuarto puesto. Con su metodología habitual, Scott Dixon salvó los muebles una vez más, y convirtió su 15ª plaza de la primera vuelta en un sexto puesto final.

Todo ello ayudado, eso sí, por una pésima parada final en el coche de Newgarden que le costó dos posiciones al final, y por una mala elección de gomas de Colton Herta que le hizo caer a la novena plaza tras Marcus Ericsson, con quien peleó durante buena parte del día. El sueco, sin mucho brillo durante la jornada, cede su liderato por 19 puntos, aunque sin caer de un top 10 que logró clausurar Graham Rahal gracias a una óptima estrategia alternativa de paradas alargando stints. A costa, eso sí, de un Romain Grosjean a la contra tras su mala qualy, y que peleó con Scott McLaughlin hasta que el neozelandés se quedó corto de gasolina.

Esta ha sido la quinta victoria de Palou en IndyCar, todas ellas en circuitos distintos... y permanentes, terreno en el que solo le falta Mid-Ohio para el pleno dentro del calendario actual. Por delante queda el reto de emerger finalmente con victorias en trazados urbanos y óvalos, que acaparan precisamente las dos próximas rondas. La más importante, en dos semanas ante 300.000 espectadores presenciales. Nunca está de más buscar el favor del Brickyard empezando con buen pie...

Fotos: IndyCar Media