Alfa Romeo 8C Spider, digno heredero de la tradición

Dios que coche tan hermoso, mira que suena cursi, pero realmente es hermoso, el nuevo Alfa Romeo 8C Spider en primer lugar es un digno heredero de la tradición y estilo de un descapotable de la casa Alfa Romeo, sin lugar a dudas cada una de sus curvas habla de una estirpe de fina sangre único y exclusivo que lo convierte en un coche de culto, que atrapa las miradas y cautiva lo mires por donde lo mires.

Construido en Modena, tierra de finos carroceros y gentes amantes de los buenos coches, el vino áspero y las mujeres guapas, el Alfa Romeo 8C Spider comparte con su hermano el 8C un espíritu deportivo y una asombrosa performance que es entregada por un motor de la casa Maserati, un V8 de 4.7 litros que libera en el camino 450 caballos a través de su maravillosa caja de cambios de seis velocidades, cuyas principales características son las de poder trabajar como una caja manual y que la palanca de cambios ha sido reemplazada por dos mandos situados detrás del volante que permiten el funcionamiento en modo manual y un selector de los programas electrónicos de la caja utilizando la hermosa botonera de control.

Para detener a esta bestia del asfalto, dentro de las bellas llantas de aleación de 20 pulgadas se esconde un sistema de frenos de carbón cerámica Brembo. También cuenta con el sistema Alfa Romeo VDC de control de tracción y estabilidad para mejorar la seguridad.

Evidentemente el equipamiento y acabado interior del Alfa romeo 8C Spider se encuentra a la altura del coche, un coche especial del que sólo se fabricarán 502 unidades, dos para el museo de la casa las 500 restantes ya han sido vendidas, después de realizar una ardua selección de compradores interesados que superaban con creces la cantidad de coches producidos.

Un par de detalles más, el precio del Alfa Romeo 8C Spider es de 231.081 euros y su producción será repartida por el mundo. A Estados unidos llegarán 35, a Alemania le corresponden 70 y en España sólo podremos ver 5 de esos pura sangre en nuestras carreteras. Enhorabuena a los afortunados.

Fuente: El Economista