El consejo de Alfa Romeo al nuevo Ford Capri para evitar problemas con su nombre es un dardo envenenado al Gobierno Italiano

Stellantis sabe mejor que nadie como se las gasta el Gobierno de Italia en lo que se refiere a nombres comerciales relacionados con sus ciudades y pueblos. El gigante se vio obligado a cambiar el nombre del modelo más pequeño de Alfa Romeo solamente por el hecho de no ser fabricado en el país transalpino.

De nada ha servido que las marcas sean de origen italiano, porque este caso no ha sido aislado. La contienda continuó con la insignia de la bandera a bordo del Topolino y el nuevo 600. Lección aprendida de cara al futuro para las firmas italianas, y que Alfa Romeo ha utilizado para avisar a la marca del óvalo azul con el lanzamiento del que es el segundo modelo de la gama de coches eléctricos, el Ford Capri.

El nuevo Ford Capri se venderá en Italia, su nombre no es un problema

El nuevo Capri es un SUV eléctrico que tiene como destino todos los mercados europeos, y ninguno le pondrá problemas, salvo el país con forma de bota. La odisea que ha pasado Alfa Romeo no se la desea a nadie, por lo que ha publicado una pequeña «ayuda» en el perfil de una de sus redes sociales para evitar otra contienda más con Adolfo Urso, el ministro italiano que prendió la mecha con Stellantis que, dicho sea de paso, es también una puya al dirigente.

Como puedes ver sobre estas líneas, Alfa Romeo se dirige a los responsables de Ford en Italia en un tono muy cariñoso apuntando «Queridos amigos de Ford Italia, aquí tenéis una pequeña ayuda si la necesitáis...», mostrando un mapa con unas coordenadas geográficas que se refieren al nombre Capri pero no el de la famosa isla italiana, sino de un pequeño pueblo situado al sur de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.

Alfa Romeo envía un recado al Gobierno italiano

Lo justo para que el Gobierno italiano se de por aludido y no pueda emprender ningún tipo de acción contra el nuevo modelo de Ford. Una desmedida actitud la de Urso que, mientras tanto, se está afanando en buscar marcas chinas para reforzar el tejido de la industria del automóvil en Italia, y del que no se sabe si los obligará a utilizar nombres de sus ciudades o permitirles usar los colores de la bandera que tanto defiende.