No es lo mismo la auténtica pasta italiana que un coche. Tavares defiende la esencia del Alfa Milano frente a las críticas del Gobierno
La llegada del nuevo Alfa Romeo Milano no ha hecho más que agrandar más aún la enorme brecha que ya existía entre el Gobierno italiano y el jefe de Stellantis. Carlos Tavares ha respondido a las declaraciones del ministro transalpino acerca de dónde debe ser producido el nuevo Milano, una respuesta con puya incluida para la administración que, por ahora, se ha quedado muda.
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Publicado: 15/04/2024 15:00
En multitud de ocasiones, los políticos realizan desafortunadas declaraciones refiriéndose a leyes que planean en sus recuerdos pero que olvidan leer. La respuesta a quién puede saber más de una norma que un ministro solamente la tienen los juristas y casi que ni ellos tampoco. Es lo que le ha pasado al ministro italiano Adolfo Urso cuando, hace tan sólo unos días, que montó en cólera al saber que el nuevo Alfa Romeo Milano se iba a fabricar en Polonia en lugar de en su tierra.
Urso señaló que «un coche que se llama Milano no podría fabricarse fuera de Italia», apuntando directamente a una ley dictada en 2003 por la que se protegían los productos «Made in Italia». Sin embargo, Urso metió en el mismo saco de alimentos e ingredientes de la cocina italiana a un coche. El trasfondo de esta ley es la de proteger la denominación de origen de sus famosos quesos, la pizza o la pasta frente a falsificaciones. El uso de nombres que suenan a Italia son un engaño al hacer creer que determinados alimentos son locales cuando no lo son.
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Y es que no es lo mismo vender queso parmesano que «Parmigiano reggiano». Tavares ha respondido al ministro apuntando que el «Alfa Milano, en lo que a mí respecta, es italiano porque fue concebido en Italia por italianos, diseñado en Italia, diseñado en Italia en sus formas, diseñado en Italia. Simplemente se ensambla en otro país porque es más barato fabricarlo allí que en las fábricas italianas, esto ya no debería sonar a escándalo ni a proteccionismo exagerado. Hoy Europa es un país ampliado con un proteccionismo exagerado, y viajamos de una nación a otra sin mostrar documentos porque todos somos parte de un gran país ampliado: la Europa común».
Por si no había quedado claro, el portugués se ha reiterado, señalando que «es un coche italiano diseñado en Italia y refleja todo el espíritu italiano de Alfa Romeo. El hecho de que se fabrique en el extranjero no afecta el contenido ni el atractivo del coche». Unas declaraciones que, por ahora, han dejado a Urso sin palabras, pero al que también le ha enviado un recado para él y el gobierno al que representa, en clara referencia a las ayudas a la compra de coches eléctricos.
Tavares responde al ministro italiano con 'gracia' portuguesa
«Se han hecho muchas promesas a los italianos, pero los incentivos tan esperados aún no han sido liberados. Nosotros, en Stellantis, nos hemos comprometido a mantener bajos los precios de los coches nuevos, pero el gobierno aún no ha hecho sus deberes». Esta es una de las grandes disputas entre la empresa y la administración pública, pero no la única, aunque como medida de chantaje, está negociando fábricas con marcas chinas. El verdadero problema de fondo es que el gobierno de Meloni quiere estar en el consejo de administración del gigante como lo está el francés, aunque no tenga ni voz ni voto en las decisiones.