El nuevo Alfa Romeo Milano causa furor en el Gobierno italiano y no por su diseño. Una pataleta más, y sin futuro, en la guerra con Carlos Tavares
El nuevo Alfa Romeo Milano ya ha sido presentado. El esperado heredero del MiTo se ha convertido en protagonista de otro agujero más en las maltrechas relaciones de Carlos Tavares con el Gobierno italiano. El nombre de este pequeño SUV es un problema para la administración italiana, que fuerza su producción en el país aduciendo a una ley que no tiene recorrido alguno.
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Publicado: 12/04/2024 18:00
El nuevo Alfa Romeo Milano se ha convertido en una verdadera estrella en apenas unas horas, causando auténtico furor en el seno del Gobierno italiano, pero no por su diseño, sino por su nombre y la ubicación de la fábrica que lo va a empezar a producir en cuestión de semanas. La felicidad en la marca del Biscione no ha tardado en saltar por los aires después de un arduo trabajo de años para concebir la gran apuesta para contrarrestar el empuje de las Premium en el segmento B.
El estado de alegría de Carlos Tavares también se ha tornado en un importante disgusto con Adolfo Urso, el Ministro de Empresa de Italia, que, en unas declaraciones incendiarias ha expresado su descontento con el nombre comercial de un modelo que no se fabricará en Italia: «Un coche llamado Milano no se puede producir en Polonia», alegando que incumple una ley que protege la producción de productos italianos que data de 2003.
El Alfa Romeo Milano se producirá en Polonia, le guste a Italia o no
Según esta norma reguladora, está prohibida «la importación y exportación con fines comerciales o la comercialización o comisión de actos destinados inequívocamente a la comercialización de productos que lleven indicaciones de origen falsas o engañosas, llámese el uso de signos, cifras o cualquier otra cosa que pueda hacer creer al consumidor que el producto o la mercancía son de origen italiano».
Este es el enésimo pulso que el Gobierno italiano le ha echado al portugués, que no está dispuesto a que la industrialización del país se ponga en manos chinas, directamente competidoras de sus marcas. Un capítulo más en los profundos desencuentros que mantienen al hilo de las ayudas para la producción y compra de coches eléctricos, pues el portugués ya ha amagado con dejar a miles de empleados en la estacada y mudarse a Marruecos si el Gobierno sigue jugando con marcas chinas.
Polonia es clave para que el precio del Milano sea competitivo
Un chantaje al que Carlos Tavares no va a ceder por varios motivos. El primero es que la producción del Milano en la factoría polaca de Tychy está asignada desde hace mucho tiempo con el objetivo de reducir los costes al máximo, de los que el alto cargo de Stellantis ha señalado que «Si se fabricara en Italia, el Milano costaría alrededor de 40.000 euros en lugar de 30.000». Pero también porque los juristas italianos entienden que Alfa Romeo es propiedad de una empresa en la que una parte del capital no es 100% italiano.
Casi un 15 por ciento es propiedad de Exor, una empresa neerlandesa de los Agnelli, propietarios de las marcas italianas, lo que no hace a Alfa Romeo como una marca completamente italiana. Y hay un factor más que no se ha tenido en cuenta y que demuestra que es un pulso más en esta guerra, y es que el FIAT 600 también es una insignia en el país, al menos el nombre, y no se pusieron tampoco en pie de guerra. Una batalla que el Gobierno tiene perdida por completo.