Alfonso de Orleans disputará el rally Pekín-París 2025 que arranca en tres semanas

De niño, a Alfonso de Orleans le encantaban los charcos. Es seguro, porque de mayor, y ya con medio siglo largo en la mochila, le sigue gustando pisarlos. No le bastó con correr varios Dakares, las 24 Horas de Le Mans, o dirigir Racing Engineering. Hizo correr en esta escudería a tipos como Sebastian Vettel, Sébastien Buemi, Nicolas Prost, o Dani Clos, en categorías como las World Series, la F3 española, o la GP2 —ahora Formula 2—. Ahora se ha metido en otro charco más: el rally Pekin-París.

Alfonso de Orleans disputará el rally Pekín-París 2025 que arranca en tres semanas
Alfonso de Orleans y Christophe Bouchut participarán en el rally Pekín-París 2025.

8 min. lectura

Publicado: 25/04/2025 18:30

Algo debió picarle en 2024, cuando se disputó la octava edición, y en la que participó. Este año se ha calentado y dice que de pasearse nada, que lo que va es a ganar. No deja de ser una prueba rara; sí, es competitiva, pero dura cinco semanas largas, atraviesa una docena de países, a veces se corre en asfalto y con frecuencia donde jamás conocieron ese material, y una de las pocas reglas es llegar antes que el resto.

La que resulta ineludible es que el coche inscrito ha de ser fabricado con anterioridad a 1985. La idea es revivir de la forma más cercana posible la histórica carrera de 1907, y al igual que entonces, sin asistencia técnica durante el trayecto, lo que complica aún más la prueba.

Christophe Bouchut y Alfonso de Orleans
Christophe Bouchut y Alfonso de Orleans

Los orígenes del rally Pekín-París

El Pekín-Paris primigenio fue organizado por el periódico francés Le Matin. Lanzó un desafío audaz: demostrar que un hombre con un coche podía llegar a cualquier lugar. Así nació la carrera, una prueba sin precedentes que ponía a prueba la resistencia de los vehículos y la capacidad de sus pilotos.

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De los 40 equipos que inicialmente manifestaron su intención de participar, solo cinco se presentaron en la línea de salida, situada frente a la embajada francesa en Pekín, el 10 de junio de 1907. Entre ellos, el gran favorito fue el italiano Scipione Borghese, príncipe de Sulmona, que pilotaba un Itala 35/45 HP con un motor de 7 litros, que fue el que se llevó el gato al agua. En el libro de reglas solo había una: «gana el que llegue el primero». Cuando Borghese llegó a París envió un escueto telegrama al organizador en el que decía «he llegado el primero y solo he cambiado dos ruedas».

Alfonso será el navegante en el binomio completado por un vasto conocedor de las carreras de resistencia: Christophe Bouchut, piloto francés ganador de las 24 Horas de Le Mans y otras grandes carreras de resistencia. La amistad entre Alfonso y Christophe se remonta a décadas atrás, cuando compartieron un Porsche 911 GT2 en carreras de los años 90. Ambos coincidieron en Le Mans en la edición de 1994, y en las que, contra todo pronóstico, de Orleans debutó en la prueba y finalizó por delante de Bouchut.

Alfonso de Orleans y Christophe Bouchut
Alfonso de Orleans y Christophe Bouchut estarán a los mandos de un Peugeot 504 Coupé de 1977.

A los mandos de un Peugeot 504 Coupé de 1977

En esta ocasión prefiere la navegación y la ingeniería a la conducción, y confía en la experiencia y habilidad de Bouchut para afrontar el recorrido que atraviesa desde desiertos y montañas hasta ciudades históricas. Los dos, tripularán un coche muy especial, el Peugeot 504 Coupé V6 de 1977.

Se trata de un vehículo histórico oficial de Peugeot, y ganador del Rally Safari de 1978. Esta elección tampoco es casual. Bouchut ha mantenido una estrecha relación con la marca a lo largo de su carrera, y el 504 Coupé, es conocido por su robustez y fiabilidad en pruebas extremas.

Al ser un modelo de hace más de cuatro décadas, tampoco les será fácil encontrar ayuda externa en caso de avería. No solo es un vehículo poco conocido en el entorno, sino que muchos de sus elementos no se fabricaron en serie, sino que se han hecho a medida y por encargo para esta prueba.

Peugeot 504 Coupé - motor V6
Bajo el capó del Peugeot 504 Coupé de 1977 hay un motor V6 con 250 CV.

Alrededor de 14.500 kilómetros separan la salida de la meta del Pekín-París

Esta unidad, equipada con un motor V6 de 2.7 litros y hasta 250 CV según versiones, supuso una innovación destacada de Peugeot en los años 70. Derivado del modelo de serie, tiene entre otras modificaciones un enorme depósito de gasolina en el maletero. De esta forma, todas las piezas, recambios, ruedas de repuesto, equipaje personal y todo lo que puedan necesitar, deberá ir en el —exiguo—hueco que deja el espacio donde una vez estuvo previsto que hubiera un asiento trasero.

Otras modificaciones para la competición son los refuerzos en la suspensión, mayor distancia al suelo, protección en la parte inferior del motor y faros de largo alcance. Este en concreto es el que usaron la pareja Tommi Mäkkinen y su copiloto Jean Todt para disputar diversas pruebas en 1978. Solo hay tres en el mundo, y ha sido sacada de un museo para poder correr con ella. Se hizo legendario en su época por su robustez y fiabilidad.

En China hay unos 6.000 McDonalds, muy pocos pegados a la Gran Muralla, y solo uno que sirva de salida no oficial del rally-aventura que cruza dos continentes. Allí se darán cita los participantes de esta novena edición el próximo 17 de mayo, para recorrer los alrededor de 14.500 kilómetros que les separan de la Place Vendôme de París.

Carnet asiático
Permiso de conducción provisional de Alfonso de Orleans

De China a Francia pasando por Azerbaiyán o Bulgaria

Serán 37 días sin más asistencia que ellos dos, y lo que se vayan encontrando por el camino. El viaje pasará por China, Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia, Turquía, Bulgaria, Rumanía, Hungría, Austria, Alemania, Suiza y Francia. En todos ellos podrán conducir con relativa facilidad, menos en el punto de salida. Todos los inscritos deberán pasar por una comisaría y obtener un permiso de conducir chino.

Para Bouchut, tenedor de decenas de licencias deportivas, será su primer carnet asiático; Alfonso ya tiene el suyo del año anterior. «Cuando me ofrecieron la posibilidad de repetir este año, tardé un segundo en decidirme. Esto no me lo pierdo por nada del mundo, es una experiencia única», afirma el tinerfeño, mientras sus ojos se encienden.

Lógico para alguien del que dicen que tiene la sangre azul, algo que sabemos no es biológicamente cierto. Lo que sí es cierto es que si le hicieran un análisis detallado, aparte de glóbulos y hematíes, los indicadores marcarían la existencia de octanos. Y muchos.

Este artículo trata sobre...

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