6 horas de SpaToyota da la primera victoria a Fernando Alonso en el WEC
El Toyota #8 controló de principio a fin la primera carrera del Mundial de Resistencia, marcada por la presencia de Fernando Alonso, que fue el encargado de meter el coche en meta. El otro Toyota, pese a salir desde el pit, acabó segundo, y el Rebellion #1 completó el podio. El G-Drive #26 ganó en LMP2, con Vergne, Rusinov y Pizzitola; el Ford #66 de Pla, Johnson y Mücke en GTE-Pro; y el Aston Martin #98 de Dalla Lana, Lauda y Lamy, en GTE-Am.
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Publicado: 05/05/2018 19:35
Cuatro años, once meses y 21 días después, o lo que es lo mismo, 1819 días, han separado la última victoria de Fernando Alonso en Fórmula 1 de la primera en el Mundial de Resistencia. El asturiano ha consumado su sueño, con permiso de las 24 horas de Le Mans, de conquistar la carrera junto a Toyota de las 6 horas. Junto a él, Kazuki Nakajima y Sebastien Buemi han conseguido iniciar el Mundial como el año pasado, con una victoria que además sabe a gloria por completar un doblete para el equipo japonés, ya que Mike Conway, Kamui Kobayashi y Pechito López le acompañaron al lado. El tercer puesto fue para el Rebellion #1, pilotado por André Lotterer, Neel Jani y Bruno Senna.
Un inicio movido
La primera prueba del Mundial empezó con algún susto. Primero, por las ansias del veterano Ishikawa (51 años), que con el Ferrari #70 de GTE-Am tuvo dos salidas de pista, con la primera llevándose por delante a Michael Wainwright con el Porsche #86.
Mientras, por delante, a Sebastien Buemi le tocó ponerse al volante del primer relevo para el Toyota #8, lo que a la postre fue la demostración de que podían dominar de principio a fin. De hecho, el Rebellion #1 de Lotterer fue el único en poder seguirle el ritmo, aunque a lo lejos, mientras por detrás el Toyota #7 pilotado por Mike Conway se quitaba coches de encima, con más problemas de los previstos.
Cuando se cumplía la primera hora de carrera, el primer gran incidente de la prueba. Harry Tincknell, que iba persiguendo a su compañero en Stefan Mücke, líder de GTE-Pro, perdió el control de su Ford GT #67 y se estrelló en la subida al Eau Rouge, tras pasar por el Raidillon en un incidente que recordó mucho al de Pietro Fittipaldi del día anterior, aunque sin consecuencias físicas para el británico.
El consecuente coche de seguridad sirvió para que hubiera muchos cambios de piloto, entre ellos, el de Buemi por Fernando Alonso. Se acaba de cumplir la primera hora de competición.
Eléctrico debut de Alonso en el WEC
En cuanto se fue el coche de seguridad, los dos Toyota, por fin, se vieron en pista. Kamui Kobayashi, que llegaba con una vuelta perdida por salir desde el pitlane, intentó desdoblarse del español, aunque este no le dejó mucho espacio. Por la hierba doblando a coches más lentos, Alonso demostró que no iba a dejar que le arrebatasen la gloria, ni siquiera, en las primeras vueltas.
No fue un arranque sencillo. A Alonso le costó unas cuantas vuelas sentirse cómodo en el coche, y de hecho no fue hasta que entró en boxes para que le retocaran el alerón, aprovechando un 'Full Course Yellow' provocado por un incidente de Giorgio Roda con el Dempsey-Proton #88. Prueba de ello es que pasó de ir rodando a una media de 2:22 a bajar de 2:18.
Si el stint de Alonso empezó a ser mucho más rápido, la pelea por detrás estuvo mucho más igualada. El Rebellion de Senna y el BR1 de SMP Racing pilotado por Orudzhev mantuvieron una gran pelea, a una diferencia de menos de medio segundo. No obstante, con las paradas en boxes se abrió más la diferencia por el segundo puesto, mientras que en Toyota decidideron bajar a Alonso después de hora y media y con 39 vueltas completadas.
Nakajima pone tensión en Toyota
Mientras por detrás iban mejorando los hombres del Toyota #7, Kazuki Nakajima puso en aprietos el liderato del #8. El japonés tuvo que hacer una parada en boxes no programada, después de que le colocaran mal los cinturones, primero, y después cometiese un trompo debido a los problemas de calentamiento de neumáticos. O simples nervios, que puede ser.
Estos incidentes, aunque no tuvieron mayores consecuencias y el #8 mantuvo el liderato, sí puso algo de emoción. Paralelamente, Kobayashi empezó a apretar hasta ganar la tercera posición a uno de los Rebellion, a ritmo de vuelta rápida, y después al otro, para ponerse, mientras se cruzaba el ecuador de la carrera, en segunda posición.
El Toyota 7 aprieta; último relevo de Alonso
Una vez que Kobayashi ató el segundo puesto de carrera, todo se quedó en manos de los Rebellion y el SMP Racing por la lucha por ver quiénes les acompañaba en el podio. La pelea por la victoria y el doblete de Toyota no tuvo mucha historia, pese a algún susto de 'Pechito' López con los doblados.
La lucha por el tercer puesto se puso al límite de tensión cuando, a falta de poco menos de hora y media para el final, Isaakyan le mostró su lado más duro para defender la posición a Laurent, aunque la refriega no se resolvió hasta que el joven ruso se estrelló.
Con las 131 vueltas cumplidas, a falta de poco menos de hora y media para el final, Fernando Alonso le tomó el relevo a un Kobayashi que se bajó derrengado por el esfuerzo para hacer la última parte de la carrera y conseguir la foto soñada de entrar en meta... pero aún quedaba un golpe de timón.
Un final al sprint
Cuando parecía que todo se iba a estabilizar, los nervios pudieron con Isaakyan. El joven ruso estrelló su SMP Racing después del 'Raidillon', a la hora de doblar a un coche más lento. El incidente obligó a la salida del coche de seguridad, con lo que la ventaja que tenía el Toyota #8 con Alonso al volante con respecto al Toyota #7 de Conway, se redujo al mínimo.
Para añadir más tensión aún, el Toyota #7 fue investigado por adelantar durante el periodo de coche de seguridad, con lo que todo quedó en manos de los comisarios para los últimos instantes.
No hizo falta apostar por una sanción para evitar el doblete para Toyota. El equipo hizo dos maniobras sospechosas, que hicieron pensar en una posible decisión de órdenes: primero una parada en boxes con el #7 delante del #8, y después de una doble instrucción de no arriesgar con las marchas.
Por eso, al final, pese a tener opciones de pelear por la victoria, Conway decidió no apretar y obedecer, con lo que Toyota mantuvo el doblete, con Alonso, Buemi y Nakajima primero y el #7, con el citado Conway, Kobayashi y López segundo, con el Rebellion #1 de Lotterer, Jani y Senna en el tercer puesto.
LMP2: el G-Drive manda; los GTs, peleados hasta el final
Aunque todo el interés estaba delante en los LMP1, mucho más igualada estuvieron las demás categorías. En LMP2 ganó el G-Drive de Jean Eric-Vergne, Roman Rusinov y Andrea Pizzitola, después de una prueba marcada por la igualdad entre los coches que les precedían. Al final se impusieron al Jackie Chan de Ho Ping Tung, Aubry y Richelmi, con los hombres de Alpine cerrando el podio de la categoría
Mucha más emoción hubo en los GTs. En la categoría GTE-Pro no se supo el vencedor hasta el final, ya que una enorme actuación del Porsche #91 de Lietz y Bruni acabó derivando en una absurda pelea con el AF Corse #71 de Davide Rigon y Sam Bird, con el italiano muy agresivo sobre Lietz.
Eso benefició al Ford #66, único en liza tras el accidente de Tincknell al principio de la prueba, por lo que los americanos comienzan el WEC de manera inmejorable.
Por último, en la siempre caótica categoría de GTE-Am, los vencedores fueron los veteranos Pedro Lamy, Paul Dalla Lana y Mathias Lauda en su Aston Martin, por delante del Proton-Dempsey de Ried, Campbell y Andlauer, en una durísima batalla que se decantó justo en la misma meta, ya que hasta la última curva iban pegados.
Fotos: Toyota Gazoo Racing / Ford