Todos los iconos americanos de Le Mans reunidos en la misma exposición

El Ford GT40 con el que Chis Amon y Bruce McLaren vencían en Le Mans 1966.

Esta edición de las 24 Horas de Le Mans ha sido una de las intensas y emocionantes de los últimos tiempos. Tras muchos años de férreo dominio de Audi, salpicado por unas pocas victorias de Peugeot y Bentley, los de Ingoldstadt han convertido el circuito de La Sarthe en su feudo particular.

Hasta que el pasado año 2015, Porsche le arrebataba la corona. Aunque en 2016 también vencía Porsche, pero tras uno de los finales que a buen seguro pasará a los anales de la historia de la prueba gala, por la rotura in extremis de Toyota, cuando todos les dábamos por ganadores de la prueba.

Sin embargo, Le Mans es algo más que una simple carrera con 24 horas entre banderazo y banderazo, es una auténtica fiesta del motor, a la que cada año peregrinan no pocos aficionados, convirtiéndose en uno de los destinos preferidos de viaje para los aficionados del motor. Y como esos días el circuito de La Sarthe se convierte en el principal foco de atención del mundo deportivo, la oferta que encontramos paralela es muy amplia.

Americans at Le Mans: una exposición increíble

Como es el caso de la increíble exposición que pudimos encontrarnos en nuestro viaje este año a la prueba gala, donde nos tropezamos con una de las exhibiciones itinerantes más espectaculares que podíamos imaginar.

Al final de este artículo tienes nuestro vídeo

Denominada 'Americans at Le Mans', era un repaso a la historia del automovilismo norteamericano en la prueba gala, con la presencia de algunos de los modelos más raros y míticos de la historia. Auténticas piezas de coleccionista que difícilmente podremos volver a ver, y menos aun juntas.

Una de las piezas más raras y que más controversia ha creado en los últimos días ha sido la réplica del Corvette Cunnigham número 1. Un ejemplar que era exhibido como la pieza original por los organizadores del evento, pero que sin embargo, tras realizar nuestras propias investigaciones, que concluían con personalidades relacionadas con el ejemplar auténtico, terminábamos identificando como un replica de un coleccionista europeo.

Réplica del Corvette #1 de Cunningham, anunciado como el verdadero.

Este ejemplar no ha parado de acaparar titulares desde que fuera descubierto en 2012 en el almacén de un fallecido juez de Florida, y que al no ser debidamente identificado fue vendido por un miseria.

Aunque el posterior anuncio del descubrimiento provocaba una dura batalla legal que se saldaba con un acuerdo extrajudicial de los que ahora son los 3 nuevos propietarios del vehículo, curiosamente, entre ellos no se encuentran ni el descubridor del Corvette ni el supuesto propietario legal. Ya que ambos vendían sus participaciones durante la refriega judicial al resto de implicados. Actualmente, el vehículo continúa sin ser restaurado, tal y como hemos podido saber a través de los implicados.

La exposición estaba plagada de modelos icónicos, pudiendo encontrar el ejemplar del Cunnigham C4-R, del mismo Briggs Cunnigham así como algunos modelos muy llamativos, entre los que destacamos un Porsche 908 relacionado con Steve McQueen, el nuevo Rey Midas del mundo de los clásicos, puesto que todo lo que está relacionado con el aumenta exponencialmente su valor, o un impresionante Porsche 935 de color rojo de Paul Newman y que será subastado este mismo verano en Monterey.

Porsche 935 con la misma decoración que usó en Le Mans en 1979.

Este Porsche 935 era con el que debutaba en 1976 el actor estadounidense en Le Mans, y tras esta prueba, el ejemplar lograba vencer enlas 24 Horas de Daytona de 1981 y las 12 Horas de Sebring de 1983, con otros pilotos al volante y en manos del equipo de Dick Barbour. Este modelo tiene la peculiaridad de haber sido el único automóvil que ha sido patrocinado pro Apple Computers.

Otro modelo realmente impresionante fue el Corvette conocido como “76 Spirit of Le Mans”, una impresionante preparación de competición del especialista Greenwood que compitió en 1976. Basado en la salvaje y exageradamente ensanchada preparación Widebody que presentaba Greenwood en Detroit dos años antes, el “76 Spirit of Le Mans” fue el Corvette más salvaje, llamativo y ruidoso jamás preparado para competir.

Creado por Greenwood en colaboración con ingenieros del programa Corvette de Chevrolet, este equipo recibía hasta 55.000 dólares de parte de las autoridades francesas para asegurar su participación en la prueba gala. La única vez que un participante ha recibido dinero para poder competir en Le Mans.

Chevrolet Corvette 'Widebody' de Greenwood, apodado '76 Spirit of Le Mans'.

Esto era debido a la escasa participación aquellos años por la crisis del petroleo, lo que llevó a los organizadores de Le Mans a animar de esta manera a Greenwood para asegurarse su participación en la carrera de 1976 con el espectacular y ruidoso Corvette.

Los Corvette Widebody eran fruto del desarrollo conjunto entre Greenwood y algunos ingenieros de Chevrolet, entre los que encontramos al propio Zora Ankus-Duntov, que realizaban esta estrafalaria carrocería buscando la máxima downforce posible, para mantener a raya los más de 700 caballos del enorme motor V8 de 7.0 litros del Corvette.

También encontrábamos modelos más modernos, como una unidad del Corvette C7.R, uno de los extraños Panoz LMP de motor central delantero de 2002, un Chrysler LMP de 2001 que terminaba cuarto de la general ese año o un Viper GTS R de primera generación, que terminaba decimotercero de la general en 1998.

Los 3 Ford GT40 que completaron el podio en 1966.

Junto a estos, en un lugar destacado encontrábamos tres auténticas piezas únicas. Los tres Ford GT40 que ocuparon el podio en la primera victoria del modelo en 1966, hace ahora 50 años.

En primer lugar nos encontrábamos con el GT40 pilotado por Chris Amon y Bruce McLaren, de color negro y vencedor de la prueba, que precisamente era restaurado recientemente, junto al GT40 de Miles y Dennis Hulme, que llegaba en segundo lugar, y el GT40 de color dorado que llegaba tercero, con Bucknum y Hutcherson al volante.

La oportunidad de encontrarnos cara a cara con estos tres ejemplares es única y estadísticamente hablando, irrepetible. En muy pocas ocasiones, como las del aniversario del modelo se han podido ver a juntos estos ejemplares que compitieron a la misma vez y que forman la parte más gloriosa de la marca del óvalo azul.

Shelby Cobra Daytona, uno de los modelos americanos más cotizados de la historia.

Por último, pero no por ello menos importante, también se podía disfrutar en esta exposición de uno de los rarísimos Shelby Cobra Daytona Coupe, uno de los escasos ejemplares existentes del modelo y del que te hablábamos en profundidad hace unos días.

Versión carrozada del Shelby Cobra, nacía para contrarrestar la mayor velocidad punta del Ferrari 250 GTO en las rectas del circuito de La Sarthe. Este modelo, que nacía poco antes que el proyecto GT40 de Ford, fue el único que logró doblegar al todopoderoso Ferrari, que dominó con mano de hierro en la categoría Gran Turismo a principios de la década de los sesenta.

Por último queremos dejarte este vídeo que grabamos durante nuestra visita, donde pueden verse todas las joyas americanas de las que hemos hablado: