Andreas Mikkelsen manda en un Rally de Polonia sin sentido por culpa de los 'aficionados'

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y en este caso, voy a ir un poco más lejos. El 'aficionado' polaco -si es que se le pueda llamar así- tropieza con la misma piedra hasta desgastarla. No tiene sentido que un rally que ya fue amonestado en 2016 y 2017 fue un desastre por los problemas de seguridad con el público y que se ha tirado seis años fuera del WRC por este motivo vuelva al calendario y todo siga igual.

Porque si en el bucle matinal del viernes ya se ha tenido que cancelar el SS3 por la colocación de los aficionados, por la tarde sólo se ha podido disputar con normalidad la segunda pasada por 'Stánczyki', correspondiente al SS5. Los intentos inocuos de los comisarios por reubicar a la gente no han servido de nada y tanto el SS6 como el SS7 se han tenido que detener por la mala colocación de los aficionados. La disputa del primero de estos tramos se ha podido retomar, pero el SS7 finalmente ha sido cancelado.

Los 'aficionados' polacos vuelven a dejar en evidencia a la organización de un rally que en teoría debería aprovechar la oportunidad

De esta forma, un bucle de tres tramos y una súper especial se ha limitado prácticamente a la disputa de una especial y el tramo espectáculo con el que se cerraba la jornada. Poco pan que llevarse a la boca y un nuevo fiasco de la organización polaca. Sobre todo, porque el gran inicio de bucle de Kalle Rovanperä saltando del cuarto puesto al liderato con su scratch en el SS5 ha quedado eclipsado por todo lo que ha venido después.

Porque en el siguiente tramo Andreas Mikkelsen ha recuperado el liderato, pero ya parte de la atención se ha fijado en los problemas con los espectadores. Situación que por ejemplo ha sido muy negativa para el debutante Martin Sesks. El letón ha saltado al tramo con las gomas y los frenos fríos y eso le ha costado un tiempo muy valioso, suficiente para caer fuera de los puestos de podio provisional.

Combate nulo

Aunque las posiciones de cabeza se han movido, incluso en la súper especial de 'Mikolajki Arena', la sensación general es que la segunda mitad de la etapa del viernes ha sido un combate nulo. Andreas Mikkelsen cierra la jornada al frente de la general como la empezó, ahora con 1,8 segundos de ventaja sobre Kalle Rovanperä. El último escalón del podio provisional lo ocupa Elfyn Evans tras ser superado por su compañero de equipo en la súper especial.

En ese mismo escenario, Adrien Fourmaux se ha asegurado la cuarta plaza tras superar a un Martins Sesks que se mantiene a 7,7 segundos de la cabeza, lo que habla muy bien del piloto letón y más en una jornada en la que ha sido difícil coger el ritmo. Grégoire Munster, con más experiencia y un Ford Puma Rally1 que sí tiene componente híbrido, no como el de Sesks, está a 13,6 segundos del letón. Thierry Neuville es séptimo y Takamoto Katsuta octavo.

Sin opción a cambios

El esperpéntico bucle vespertino tampoco ha dado juego a ver el desarrollo que tomaba la batalla en WRC2, por lo que más o menos todo sigue donde se quedó esta mañana. Sami Pajari es líder de la categoría de plata desde la novena posición absoluta, ahora con una renta de 8,9 segundos sobre Kajetan Kajetanowicz. El irlandés Josh McErlean cierra el podio provisional por delaten de Robert Virves y Nikolay Gryazin.

Si mañana se puede disputar la etapa con normalidad, lo cierto es que la batalla por la tercera posición de la categoría WRC2 está que arde. Y es que desde Josh McErlean -tercero- hasta Oliver Solberg -séptimo- apenas poco más de diez segundos de diferencia, por lo que todo puede pasar en un rally donde la precisión es fundamental por la alta velocidad de sus tramos.

Fotos: Red Bull Content Pool