Sistemas de seguridad ¿Aprovechamos realmente su presencia?

Los coches modernos pueden ser catalogados de otra era, la tecnología que incorporan puede resultar determinante para nuestra seguridad, siempre que sepamos sacar el partido necesario. Una sobreexposición a los dispositivos de seguridad pueden causar más mal que bien si no sabemos en qué consisten, pero ¿para qué ponerlos si no los vamos a usar?

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Publicado: 16/12/2014 15:00

Estos, y algunos más, son los dispositivos de seguridad que pueden traer los coches actualmente

Hoy en día la tecnología está tomando el control de la conducción. Cada vez más a menudo los conductores se están viendo relegados a un puesto secundario, si de términos de seguridad hablamos. Los coches modernos llegan a disponer de un batallón de sensores, cámaras, láseres y un sinfín de elementos que tienen un único objetivo, nuestra seguridad y bienestar. Pero ¿realmente sabemos utilizarlos y aprovecharlos?

Lo primero que hay que decir que es mejor que ninguno de estos sistemas salte, porque en ese caso estaremos ante una situación delicada y peligrosa. Pero saber disponer de ellos puede llegar a ser fundamental a la hora de evitar cualquier accidente. La cámara de 360º, el control del ángulo muerto y el aviso al mantenimiento del carril son algunos ejemplos de los dispositivos más extendidos en la actualidad.

Sin embargo no hay más que circular por una gran ciudad o cualquier carretera para darse cuenta de que no se aprovechan, no se usan, o ni siquiera se disponen. Yo soy de Madrid, una ciudad que en cuestión de tráfico se está convirtiendo en una auténtica jungla de la que cada día cuesta más salir íntegro. Las imprudencias que se ven no tienen nombre, auténticas locuras que ponen en riesgo la vida de los demás transeúntes, además de las propias. Es por esto por lo que pienso que no sacamos todo el rendimiento a los sistemas de seguridad.

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Como punto de partida hay que decir que en la mayoría de casos se prescinde de ellos a la hora de adquirir un coche nuevo. Incrementan el precio de venta en mayor o menor medida, y es por eso que los clientes no los adquieren. Si hablamos de un coche antiguo, no más de cinco años, no hay historia posible, ni siquiera existían. En ese lapso de tiempo hemos pasado de disponer de unos pocos dispositivos a una verdadera sobreexposición a ellos, una exposición que en muchos casos no se controla.

El control del ángulo muerto es realmente útil, pero sólo si se miran los retrovisores

Antiguamente los coches llegaban con tres sistemas básicos, frenos ABS, cinturones de seguridad y Airbags. En los tres casos el conductor no debía hacer nada con ellos, ya que solo entraban en juego en momentos muy contados. Pero ahora la cosa es completamente diferente, conducir se ha convertido más en una experiencia virtual que en una maniobra analógica. Ante cualquier situación de peligro el coche empieza a mandar una ingente cantidad de alertas, sonidos, vibraciones y luces que más que ayudar pueden despistar sí no sabemos de qué se trata.

Mi pregunta es: ¿Para qué poner el control del ángulo muerto en los retrovisores si ni siquiera se miran? ¿Para qué poner el aviso involuntario del cambio de carril si ni siquiera se pone el intermitente? ¿Para qué instalar el avisador de proximidad si no se mantiene la distancia de seguridad? Estas maniobras que parecen sencillas y fáciles de cumplir, y que tan bien nos enseñaron en la autoescuela, parecen difíciles de cumplirse en la vida real, aunque no sé por qué.

Debemos y tenemos que adaptarnos a los nuevos dispositivos de seguridad, están ahí para ayudar, no para molestar. Están pensados para que circular pase de ser una experiencia casi salvaje a un ejercicio de comodidad, tranquilidad y seguridad. Será cuestión de que pasen los años para que nos acostumbremos a ellas, para que esa sobreinformación pase a ser algo rutinario.

Es posible que con el paso del tiempo los diferentes organismos gubernamentales obliguen a las marcas a la instalación de tales dispositivos de manera obligatoria. Ya ha pasado en muchas ocasiones, ABS, cinturones de seguridad, luces diurnas, y el más reciente ESP, que pasará a ser obligatorio el año que viene. Quizá sea la única manera que tengamos de adaptarnos a ellos, pero hasta que eso pase tendremos que pasar por un periodo de aprendizaje donde el sentido común seguirá siendo nuestro mejor aliado.

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