Arrival y su sistema de producción en serie pueden cambiar la industria del automóvil
Hoy día la industria del automóvil, en su vertiente de producción en masa, utiliza básicamente el mismo principio de la producción en cadena de Henry Ford. El enfoque de una empresa pequeña, Arrival, puede poner en jaque esa concepción industrial.
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Publicado: 16/12/2020 22:00
Arrival es un fabricante de vehículos comerciales eléctricos que se fundó en 2015 y que de momento no ha pasado de hacer algunos prototipos. «Uno más», pensaréis. Sin embargo, la cosa se va poniendo más interesante cuanto más se conocen sus intenciones y la forma en la que piensan llevarlas a cabo.
La empresa pretende poner en la calle vehículos eléctricos a partir de finales del año que viene. Se han previsto cuatro modelos básicos que se basan en plataformas modulares y escalables. Se trata de un autobús (2021), una furgoneta (2022), un furgón más grande (2022) y un utilitario (2023).
De momento Arrival está acumulando pedidos y capital para llevar estos vehículos a cabo. De la furgoneta cuentan con al menos 10.000 pedidos de la empresa logística UPS, otras 2.500 unidades del furgón grande, y el autobús está siendo negociado con distintos operadores ahora mismo. Para el utilitario se abrirán pedidos dentro de unos meses.
Si se tratase de una compañía con un enfoque industrial típico, empezaríamos a pensar en una o más fábricas, enormes, llenas de robots y operarios, que requieren una inversión monstruosa. Esa inversión tendría que repartirse entre las unidades producidas, poner precio, vender lo suficiente, y a hacer caja.
Así se lleva haciendo décadas. La producción en cadena de Henry Ford se ha ido perfeccionando con metodologías como el Toyota Production System o la digitalización. Así se sabe qué piezas hay que llevar, cuándo, con mínimas existencias, reduciendo errores, etc. Pero básicamente es el sistema que impuso Ford hace más de 100 años.
Arrival tiene una forma muy distinta de plantearse la producción en serie, empezando por el tamaño. En vez de pensar en una o más fábricas de gran dimensión, tendrán decenas de pequeñas fábricas que se llaman «microfactorías». Mucho más baratas de levantar, mucho más rápidas de poner en marcha, y con un impacto muy inferior en su entorno.
Denis Sverdlov, un magnate ruso que es consejero delegado de Arrival, ha revelado algunos secretos de su sistema de producción. No usarán acero, ni soldadura, ni estampado, ni pintura. Básicamente son chasis de aluminio con estructura de patinete a los que se van añadiendo paneles de materiales compuestos.
Para el maridaje de chasis y carrocería se usa pegamento estructural, técnica que -no me miréis raro- se usa en coches de muy distinto precio y prestaciones todos los días. Para las baterías, motores y electrónica de potencia se recurre a proveedores externos. La producción está fuertemente robotizada y la logística es más simple.
Mediante este sistema de producción esperan igualar los precios de vehículos con motores convencionales de las grandes firmas
Así, estas «microfactorías» básicamente cuentan con parcelas que van montando partes de distintos vehículos o unidades enteras, según se necesite. Cada fábrica requeriría una inversión ridícula en relación a una grande, solo 50 millones de dólares (20 veces menos), y sería rentable con una producción relativamente baja.
Los planes de Arrival son muy ambiciosos. Producir vehículos antes de 2022, ganar dinero en 2023, y en 2024 ya contar con 31 «microfactorías» repartidas por el mundo. Ahora mismo solo tienen dos, una en Bicester (Reino Unido) y en Rock Hill (California, EEUU). Con el vehículo pequeño podrían convertirse en un fabricante mediano en un tiempo récord, menos de 10 años.
Ahora mismo Arrival está en proceso de conseguir la financiación para echar a andar el proyecto y debutar en el NASDAQ a través de una compañía SPAC (Compañía de adquisición de propósito especial), como hizo Nikola. La empresa ya puede valorarse en 15.000 millones de dólares. Para primavera esperan haber logrado otros 660 millones de dólares.
Arrival ya tiene en nómina a 1.400 personas, incluyendo gente ex General Motors, ex Tesla, ex Jaguar Land Rover, ex Apple y ex Google
Detrás de Arrival están empresas automovilísticas (Hyundai y Kia) y el fondo de inversión BlackRock. UPS, que encargó 10.000 furgonetas eléctricas, también es inversor. El principal accionista sigue siendo Sverdlov, que tiene una participación aproximada de 11.000 millones de dólares. Podéis cotillear en su página web, https://arrival.com. Podrían poner la industria del automóvil patas arriba, o naufragar como uno de tantos productores emergentes.