El WEC define el 'Balance of Performance' de los LMP1

Con la publicación del reglamento deportivo del WEC 2018-19 y de forma paralela a la decisión de Toyota Gazoo Racing de continuar en el certamen, FIA y ACO han desvelado las primeras claves del 'Balance of Performance' a utilizar para igualar prestaciones entre los Toyota TS050 Hybrid y el resto de LMP1 no híbridos que comparecerán en la ‘súper’ sesión del Mundial de Resistencia. Con el flujo de combustible como factor regulador para igualar las prestaciones de los dos tipos de prototipos, los organismos reguladores han explicado el método que se utilizará para medir el rendimiento de todos los LMP1.

La clave del este 'Balance of Performance' será el cálculo de las vueltas promedio del prototipo más rápido de cada una de las especificaciones presentes en la categoría LMP1 y que durante la temporada 2018-19 son prototipos híbridos y prototipos no híbridos, que a su vez se dividen en prototipos con motor turboalimentado o atmosférico. Un cálculo que debe cumplir ciertas premisas, ya que se hará sobre el número de vueltas equivalentes al 20% de la distancia total de la carrera. Para que este promedio de las mejores vueltas sea real, los prototipos con tecnologías más lentas deben haber disputado dos carreras y clasificar en ambas con normalidad.

A partir de los datos recogidos y de los resultados enviados por Toyota Gazoo Racing y el resto de los equipos competidores se procederá a hacer ajustes en el flujo de combustible con el objetivo de mejorar el rendimiento de los LMP1 no híbridos y acércalos al nivel mostrado por el Toyota TS050 Hybrid, teóricamente superior. FIA y ACO ya han dejado muy claro que no tolerarán las prácticas como el 'Sandbagging' y que aplicarán duras sanciones a aquellos que falseen sus datos y hagan sus prototipos deliberdamente más lentos en pista. De hecho, la FIA avisa que castigará estas prácticas con sanciones de Stop&Go de al menos cinco minutos.