Así será la "nueva normalidad" en el tráfico
La vida que conocíamos hasta marzo de 2020 tardará en volver. Antes de la normalidad tendremos que acostumbrarnos a la "nueva normalidad", la transición entre la pandemia y el modus vivendi al que nos habituamos durante años. Habrá cambios en materia de movilidad.
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Publicado: 06/05/2020 22:00
Una imagen como esta era impensable en un día laboral normal. El tráfico se desplomó desde que el estado de alarma hizo que los trabajadores fueran de tres tipos: indispensables, teletrabajadores y parados o sometidos a ERTE. Solo circulaba quien lo necesitaba o tenía una causa justificada, so pena de sanción.
Esta semana que empieza hemos dado un primer paso en la desescalada, la llamada fase 0, en la que aumentan los supuestos autorizados, como acudir al pequeño comercio y siempre con cita previa. A su vez, los trabajadores de estas empresas también necesitan desplazarse a sus puestos. El tráfico ha aumentado un 10% en una semana.
Desde las autoridades nos transmiten que tardaremos en ver aglomeraciones habituales en el transporte público, su capacidad se ha reducido para aumentar el distanciamiento entre los pasajeros. Lo mismo se ha pedido en los coches VTC o los taxis, aunque en los vehículos particulares ya se permite llenar todas las plazas a personas que convivan.
Resulta evidente que el vehículo particular es, de momento, una opción más segura de cara a evitar posibles contagios. Con la boca pequeña (a veces un poco más grande) se anima a los ciudadanos a usar más sus propios vehículos, lo cual puede acabar generando atascos, y peores que los que había antes.
La DGT está pidiendo que se escalonen los desplazamientos para evitar las horas punta tradicionales, que son entre las 7:30 y las 9:30 de la mañana y las 17:30 y las 19:30 de la tarde. Para ello pide flexibilidad a sus empresas, y que los empleados puedan incorporarse a distintas horas. Según se avance en la desescalada, el problema irá en aumento, solo limitado por la destrucción de actividad económica por el parón.
Algunas empresas de alquiler de vehículos a medio y largo plazo están notando una demanda adicional, es el caso de Bipi. Esta empresa alquila vehículos a cambio de una tarifa mensual, sus solicitudes han aumentado un 200% desde que se instauró el estado de alarma. Calculan que el 20% de los usuarios de transporte público se pondrán a conducir.
Esta imagen nos permite comprender mejor la magnitud del problema. Todos los pasajeros que cabrían en un autobús ocupan la mínima fracción posible de la vía, coincidiendo con las dimensiones del vehículo. Si todos fuesen en bicicleta, ocuparían poca superficie más, pero si les da por ir en coche entonces taponarían toda la calle.
No solo va la cosa de coches, también está la opción de alquilar motos por minutos con empresas como Muving, Acciona, Ecooltra, etc. Si se utilizan guantes especiales de moto y el casco propio, la posibilidad de contagiarse es baja. Tanto estas empresas como las que alquilan coches por minutos, como Emov o Zity, endurecieron sus medidas de higiene desde hace semanas.
Respecto a los ciclistas, algunos ayuntamientos están probando a ensanchar la superficie de vía destinada para ellos, aunque son medidas más de carácter temporal. Hay ciudades con más cultura ciclista que otras, aunque las bicis de pedaleo asistido o eléctricas tienden a evitar los problemas de ciudades con desniveles, caso de Madrid. Los patinetes o VMP son otra alternativa en alza.
La "nueva normalidad" provocará un retroceso en la cultura del coche compartido por miedo a contagios. Antes de la pandemia era una fuerte tendencia la de no poseer un coche, y utilizar otros el tiempo necesario o desplazarse en coches ajenos mediante plataformas tecnológicas que daban un mínimo de confianza, como Blablacar o Amovens.
Ahora bien, es cierto que en estos dos meses muchas empresas han comprobado que el teletrabajo es viable, empresas como Motor.es han podido funcionar sin ningún desplazamiento al centro de trabajo. Eso puede mitigar el problema de un aumento de uso del vehículo privado. Es pronto para saber cuánto se queda el teletrabajo en nuestras vidas.
Además, el confinamiento ha servido para que la ciudadanía aprecie tener aire limpio en zonas densamente pobladas, lo que puede adelantar la aplicación de determinadas políticas para desincentivar el vehículo privado, al menos de la parte más contaminante del mismo. No obstante, la ecología ha quedado en un segundo plano, aunque el problema no haya desaparecido -ni mucho menos-.