Aston Martin se mantendrá fiel al cambio manual, pero sólo para unos pocos afortunados

Tiempo atrás, mucho tiempo atrás, era imposible concebir la conducción sin tres pedales y una caja de cambios manual. Sin embargo, el paso del tiempo y la llegada de las transmisiones automáticas ha llevado a los cambios de marchas hasta la casi total extinción en el segmento de los superdeportivos. Cada nuevo modelo que llega al mercado apuesta por los automatismos, pero sólo unos pocos se mantienen fieles a la más pura esencia de conducción. Aston Martin será uno de ellos, pero no pondrá nada barata esta opción.

Las transmisiones automáticas se inventaron poco tiempo después que el primer automóvil. En 1904, Thomas J. Sturtevant desarrolló la que está considerada como la primera caja automática. No fue hasta 1941 cuando Oldsmobile la ofreció en el primer coche de calle comercial. Desde entonces el panorama ha cambiado tanto como la propia evolución de las cajas de cambios. Versiones de convertidos de par, doble embrague, variador continuo...las opciones son muchas y cada día, gracias a la evolución, mejores.

Hace unos meses, con motivo del 110 aniversario de la compañía, Aston Martin presentó en sociedad el Valour. Un superdeportivo con motor V12 y 715 caballos que no sólo impresiona por su rendimiento, también por el simple hecho de estar asociado a una caja de cambios manual. Tan sólo se van a producir 110 unidades para todo el mundo. 110 de los más adinerados e importantes clientes de la marca inglesa podrán disfrutar de algo así. Aston Martin ha visto el negocio y piensa explotarlo al máximo.

Las ediciones limitadas son una gran fuente de ingresos para las marcas. Realizando unos cambios aquí y allí en modelos de producción en masa logran disparar la cotización y la imagen de marca. Muchos no se complican con la mecánica, pero Aston Martin, a través de su máximo responsable de personalización, Mark Newton, ha reconocido que para la casa será un placer mantener vivo el espíritu de las cajas de cambios manuales, siempre y cuando sus clientes estén dispuestos a pagar por ello. Es decir, que si quieres un Aston Martin manual te saldrá bastante más caro que uno automático.

Marek Reichman, jefe creativo de la compañía, está de acuerdo con su colega y ha remarcado: "cuando el mundo impulsa una tendencia en una dirección, siempre hay alguien que quiere comprar algo que va en la otra dirección". Los tres pedales y la palanca manual llevan a los conductores a vivir la esencia más pura y divertida de la conducción. Es cierto que las cajas automáticas han mejorado y evolucionado mucho a lo largo de la última década, pero nada mejor que la coordinación de pies y manos para disfrutar, aunque sea caro, de algo que también se va a convertir en exclusivo para los más ricos.

Fuente: TopGear