Audi explica las pruebas de invierno realizadas con el nuevo Q8
Técnicos de la marca desplazados al frío extremo en algún lugar de la península escandinava nos explican parte de las pruebas de invierno a las que han sometido al nuevo Audi Q8, el modelo más exclusivo de la gama Q que se destapará completamente en el mes de junio.
7 min. lectura
Publicado: 30/03/2018 16:00
Cada vez queda menos para que el primer SUV con aspecto de coupé de Audi sea presentado. Ya sabemos que el fabricante de los cuatro aros desvelará por completo al nuevo buque insignia de la gama de SUV el próximo mes de junio, destronando al que hasta ahora era el rey de todos ellos y que fue el primero en llegar, el Audi Q7.
Después de un largo periplo de fotos espía a lo largo y ancho del mundo y bajo diferentes tipos de condiciones atmosféricas, con más o menos camuflaje, Audi nos explica parte de los ensayos que han llevado sus técnicos en las pruebas de invierno a bordo del Q8, nada menos que a -27º C.
La jornada de pruebas en frío comienza con labores de taller, en las instalaciones que el grupo Vokswagen mantiene en algún lugar del norte de Europa, ajustando algunos parámetros de longitud, amplitud, rendimiento y dinámica comparando con la hoja de especificaciones de pruebas que disponen los ingenieros especializados en electrónica y desarrolladores del sistema
Unos ajustes necesarios para realizar unas pruebas del sistema de asistencia a la conducción "Audi Pre sense front" sobre una pista acondicionada especialmente sobre un lago helado, antes de hacerlo en carretera y en condiciones de tráfico real.
El asistente de conducción dispone de una cámara instalada en el parabrisas, por debajo del espejo retrovisor interior que es capaz de analizar permanentemente la carretera con una distancia máxima de 150 metros, enviando información a la unidad central de gestión del sistema de forma que evalúa los posibles peligros -vehículos, peatones y ciclistas- y los etiqueta como relevantes avisando al conductor. Pero si éste no actúa, el sistema aplica la frenada de emergencia y prepara la activación de los airbags, cierra todos los cristales -incluido el techo panorámico- y tensa los cinturones de seguridad.
Los técnicos de Audi han colocado una banderola a escala real de la trasera del Audi A1 en mitad de la pista de pruebas donde el Q8 va a realizar las pruebas de este sistema. Es el momento de iniciar la conducción del prototipo camuflado acelerando lentamente hasta alcanzar una velocidad, la distancia al obstáculo se recorta rápidamente y cuando la colisión es casi inminente, un testigo iluminado en rojo en el cuadro de instrumentos avisa junto con un sonido muy potente.
El ingeniero que va a los mandos no actúa omitiendo los avisos por lo que el sistema actúa de forma autónoma frenando y parando completamente al Q8 justo por delante de la maqueta del A1. Los dos pasajeros de las plazas delanteras sienten cómo están pegados literalmente al asiento y es el resultado de haber evitado un accidente.
Algunas veces los lectores se preguntan por qué acuden en mansalvas al helado territorio sueco con tantos coches y casi todos los fabricantes, incluidos chinos que no venden en Europa, y Audi explica que "es un área con unas condiciones ideales, porque podemos verificar el rendimiento del frenado automático en condiciones extremas y en suelos extremadamente resbaladizos".
Christian Herbig, ingenieros de la marca de los cuatro aros, explica que "es el sitio perfecto para probar el funcionamiento de la cámara durante circunstancias visionarias difíciles, ya que cualquier modelo -incluido el Q8- tienen que funcionar en cualquier país y el que haya niebla y nieve es una rutina diaria, por lo que el si el sistema funciona en esta zona, quiere decir que también lo hará en cualquier otro lugar", añadiendo que "los lagos helados proporcionan las condiciones adecuadas para que los ingenieros prueben sistemas de asistencia en condiciones extremas inusuales".
Superada la prueba en el lago helado, es el momento de trasladarla a una carretera con tráfico real en plena ventisca y con una muy escasa visibilidad, tanto que el prototipo del Audi Q8 va entre una comitiva de unidades de pruebas encabezada por un Q7 y no se ve, pero del A8 precedente tan sólo se aprecian las luces traseras de posición y muy difuminadas, unas condiciones que apuntan son las mejores.
Así, que la prueba que se va a realizar consiste en determinar si la cámara funciona correctamente ante condiciones de mala visibilidad y si el reconocimiento de objetos funciona sin errores.
De hecho, Herbig señala que "la prueba ha demostrado que el funcionamiento ha sido correcto, ya que la imagen de la cámara se ha mantenido transmitiendo continuamente en la pantalla del ordenador portátil incluso habiendo pasado en sentido contrario un camión y bañando el parabrisas de nieve".