Audi y Climeworks liberarán a la atmósfera de CO2 mediante captura, convirtiéndolo en minerales
El objetivo de emisiones cero de CO2 no pasa por realmente emitir 0 gramos, lo cual no es viable, sino por un balance neto de 0 gramos. Esto es, hay que compensar emisiones. Una forma de hacer esto es sacando el CO2 de la atmósfera y devolverlo a donde estaba.
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Publicado: 09/09/2020 21:00
Durante miles de millones de años el planeta Tierra ha estado habitado por diferentes formas de vida, desde las primitivas unicelulares hasta los dinosaurios, con todos los niveles intermedios, y lo propio hablando de vegetales. Con el paso del tiempo, parte de esos animales y vegetales acabaron convirtiéndose en petróleo, carbón y gas.
Esos combustibles fósiles contienen grandes cantidades de carbono que se han ido acumulando, es uno de los compuestos químicos imprescindibles para la vida. Cuando el ser humano entró en la era industrial y empezó a usar de forma masiva combustibles fósiles, empezó a liberar dióxido de carbono o- CO2- a la atmósfera de forma no controlada por la naturaleza.
A partir de mediados del siglo XX, la liberación de CO2 empezó a ir demasiado deprisa
En tres siglos hemos llegado a una situación crítica, más de 400 partículas por millón (PPM) de CO2 en el aire, lo cual acelera el cambio climático (la Tierra atrapa más calor del Sol por el efecto invernadero) y a largo plazo hay enormes riesgos para todo poblador, humano o no, y esté donde esté. De ahí la urgencia que algunos no quieren ver.
A lo largo de este siglo se espera revertir la tendencia de 1,5 a 2,5 grados de aumento de temperatura media en el planeta, lo cual sería catastrófico. Para lograrlo hay que llegar al objetivo de emisiones cero, que evitaría que el problema fuese a más, pero es posible incluso dar marcha atrás retirando el CO2 a niveles astronómicos.
La forma más sencilla de eliminar CO2 es con masa forestal, pero los árboles se toman su tiempo. Otro medio que está al alcance del ser humano es la captura de carbono, bien convirtiéndolo en combustibles sintéticos o productos con CO2, o directamente encerrándolo bajo tierra mediante procesos industriales. Eso se llama captura y mineralización de CO2.
Audi es una de tantas empresas que tiene objetivos de emisiones cero antes del ecuador del siglo. Para contribuir a dicho objetivo se ha asociado con Climeworks, una empresa suiza fundada en 2013 que está ya capturando CO2 y convirtiéndolo en minerales bajo tierra. En 2025 Climeworks espera retirar el 1% del CO2 global, que ya es una cantidad gigantesca.
En Islandia se encuentra la mayor instalación del mundo de estas características. La planta captura el CO2 del aire y lo introduce en un colector que va aumentando su concentración. En determinado momento se usa energía geotérmica para calentarlo a 100 ºC y se manda a 2.000 metros de profundidad. Allí, mediante procesos naturales, el CO2 se convertirá en carbonatos.
El transporte se realiza mediante agua de la central energética de Hellisheiði hasta una formación de roca basáltica. El agua se recupera posteriormente, ya que -básicamente- vuelve a subir. Este proceso tiene una eficiencia del 90%, es decir, solo el 10% de escapa de su nueva prisión. Resulta fundamental usar energías renovables, o el proceso no tendría ningún sentido.
De las 4.000 toneladas anuales de CO2 que espera capturar la planta, 1.000 se retirarán mediante el apoyo de Audi. La automovilística no solo colabora a nivel financiero, también con medios para desarrollar e implantar tecnologías. Para eliminar 4.000 toneladas de CO2 de la atmósfera harían falta unos 80.000 árboles. Y Audi, en su «contabilidad» climática, podrá decir que reduce sus emisiones netas.
A largo plazo, esta tecnología tiene mucho potencial, ya que si se consiguen instalar varias plantas de este tipo por el mundo, y en vez de capturar toneladas anuales, se capturan millones de toneladas, a largo plazo existe el potencial de revertir el cambio climático antropogénico -aunque llevaría décadas- y mitigar mucho sus consecuencias.
Cada vez veremos más asociaciones de este tipo, porque empresas como Audi lo cierto es que liberan CO2 en enormes cantidades (y sin que sus coches se muevan un milímetro) y otras, como Climeworks, pueden hacer «el trabajo sucio». Como modelo de negocio no tiene lógica fabricar carbonatos, pero si pagan los productores de CO2 -al ser más barato que pagar multas- ya tiene su lógica.
Los particulares también pueden financiar este proceso desde 7 euros al mes (85 kg de CO2 al año)
Otra forma de capturar CO2 la conocemos por habitual. El gas carbónico de los refrescos es básicamente CO2. Climeworks tiene desde hace dos años unas instalaciones en Hinwil (Suiza), donde con el apoyo de Audi se captura el dióxido de carbono y se insufla en bebidas. En realidad, más que una captura, es un almacenamiento temporal. Bajo tierra hablamos de un almacenamiento a muy largo plazo.