La demanda de coches eléctricos en Europa vuelve a aumentar en plena etapa de expansión de las marcas chinas
El mundo está librando una guerra comercial en lo que a movilidad eléctrica se refiere. El 2024 está siendo especialmente malo en cuanto a volumen de ventas, pero un estudio desvela que el deseo ha crecido.
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Publicado: 24/10/2024 07:00
Todo el mundo duda sobre si comprarse o no un coche eléctrico. Es una de las preguntas más habituales que nos realizan a los que estamos día a día al pie del cañón. Los interrogantes son palpables. El 2024 no será el mejor año para la industria del coche eléctrico. Las matriculaciones se han estancado y muchos avisan que las reglamentaciones y normativas deberían relajarse ante un más que previsible incumplimiento de las previsiones. Sin embargo, una encuesta internacional demuestra que la demanda de coches eléctricos está aumentando de nuevo.
Estudios anteriores han demostrado que todavía son muchas las dudas concernientes al coche eléctrico. No sólo en lo que a producto se refiere, también en lo concerniente al ecosistema que debe acompañarse, sobre todo infraestructura. Muchos conductores dilatan la decisión a la espera de precios más asequibles, vehículos más funcionales y a una red de carga extendida que reduzca la denominada ansiedad por el rango. Ante esta situación, el año espera cerrarse con un mínimo crecimiento de ventas eléctricas. El último balance demuestra que los coches eléctricos representan un 19% de cuota de mercado en Europa.
Las matriculaciones se estancan, pero los indicadores apuntan a una recuperación
El Viejo Continente es la región del mundo que más medidas ha tomado para intensificar la movilidad eléctrica. En 2025, según reza la ya mencionada encuesta, se espera un incremento en la demanda de coches nuevos, particularmente en la sección de eléctricos. De las 19.000 personas encuestadas en todo el mundo, el 40% ha asegurado que quiere comprar un coche nuevo en los próximos dos años. La misma encuesta en 2023 reflejaba una intención de compra del 30%. Alemania, el mayor mercado de la zona euro, ha ampliado su deseo del 26 al 33% en un año. Se espera que la tendencia siga creciendo. Un sentimiento que ya se había dejado notar.
La proporción de personas interesadas en los vehículos eléctricos es mayor en China, allí, casi uno de cada dos posibles compradores de automóviles (48%) quiere comprar un automóvil eléctrico. En los doce países europeos donde se realizó la encuesta, el 21 por ciento de los compradores de automóviles planea elegir un coche eléctrico. Con una cuota del 26 por ciento, Alemania está por encima de la media europea. En cuanto a precio, el 40% de los encuestados afirma que no está dispuesto a pagar una prima superior al 10%. En promedio, los compradores potenciales en todo el mundo están dispuestos a pagar un recargo del 17%, sabedores que el coche eléctrico sigue siendo más caro que uno térmico.
Las marcas chinas parecen las mejor posicionadas en este nuevo horizonte. Firmas como BYD, XPeng, Geely o NIO están empezando a llamar la atención de los conductores. Según los resultados de la encuesta, el 20% de los compradores potenciales de automóviles eléctricos en todo el mundo tienen una marca china entre sus tres principales opciones. No es sólo el precio atrae a los compradores, sino que también impresionan con su atractivo diseño y sus características de conducción. En Europa la situación es más particular. Sólo el 12% de los clientes tiene en mente una marca china. Se espera que esa cifra crezca en los próximos años una vez las marcas hayan afianzado su posición en el Viejo Continente.
Mientras tanto, desde Bruselas han tomado medidas para minimizar, en la medida de lo posible, el impacto de las nuevas marcas chinas en el mercado continental. La aplicación de nuevos aranceles a la importación de vehículos fabricados en China todavía no ha supuesto un contratiempo para las estrategias de las marcas. Muchas de ellas se plantean derivar la producción a Europa. Ya sea mediante la construcción de nuevas y avanzadas fábricas o mediante sistemas de producción alternativos como los knock-down kits. Piezas preensambladas en origen que se terminan de componer en el extranjero.
Fuente: EY