Agridulce Automobile Barcelona 2017
Llega la esperada (y rebautizada) cita del automóvil a la ciudad condal con un viraje de su contenido hacia la tecnología y el futuro automotriz. La ausencia de numerosos fabricantes y carencia de novedades significativas hace mella en su utilidad.
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Publicado: 17/05/2017 19:00
Corría el año 1997 cuando una criatura de apenas 6 años y que levantaba pocos palmos del suelo entraba con una sonrisa de oreja a oreja al recinto ferial de Montjuïc, con la inmensa ilusión de ver en persona aquellos coches que sólo podía observar con detenimiento en el álbum de cromos que completaba semana a semana a razón de 25 pesetas el paquete; bien lo recuerdo, 20 años después, porque aquél niño era yo.
Por eso, acudir al renombrado Automobile Barcelona me traslada de inmediato a aquél Salón del Automóvil de Barcelona con todos sus pabellones ocupados por fabricantes de vehículos y un aforo de lleno absoluto; una verdadera fiesta del automóvil que para si quisieran muchos parques de atracciones (e incluso salones internacionales) en la actualidad.
Atrás quedan las enormes pistas off-road que aquél chiquillo cruzó a bordo de un Nissan Terrano II y que han dado paso a pequeñas zonas de muestra (sube y baja off-road de diminutas dimensiones incluido) de equipamiento tecnológico o sistemas de ayuda a la conducción en la zona exterior de uno de los únicos 2 pabellones (de los 8 disponibles) ocupados.
Ante la baja forma de anteriores ediciones, los organizadores han querido reconvertir el salón en un simposio de la tecnología automóvil que nos espera en el futuro; pero todo ha quedado a medio camino. La cercanía en fechas, tanto del Salón de Ginebra en el mundo del motor, como del Mobile World Congress (cada vez más emparejado al automóvil) en el tecnológico, hacen real aquél refrán de Aprendiz de mucho, maestro de nada.
Cuando un pequeño stand como el de Tesla, con apenas 3 vehículos de muestra capta la mayor parte de atención, sabes que, sin desmerecer el mérito de la firma de Elon Musk, hay algo que no funciona en este evento.
De hecho, una única primicia a escala mundial vuelve a dejarnos ver lo que esto fue y no es. Seat, que jugando en casa si que ha hecho acto de presencia en la ciudad condal (al contrario que el resto de firmas del Grupo VAG) ha presentado de forma global el Ateca FR como una de sus grandes novedades de este año (y no lo ponemos en duda, viendo el éxito que está teniendo su SUV) además de varias unidades de su nuevo utilitario, el Seat Ibiza, ya como novedades nacionales sin olvidar la completísima restauración del Seat 600 para conmemorar su 60 aniversario.
En el apartado europeo, Mercedes Benz muestra en persona por primera vez en el viejo continente al Clase S como buque insignia de lujo alemán mientras que Mahindra nos sorprende a todos, no sólo con su SUV económico de segmento B, el KUV100, sino con su prototipo (que bien podría ser real) de SUV 3 puertas y carrocería coupé el XUV Aero.
En cuanto al resto, pequeñas pinceladas y primicias nacionales, pero ya vistas en anteriores ocasiones han hecho acto de presencia, como el nuevo Nissan Qashqai (acompañado del prototipo BladeGlider) el Lexus LS 500, la carrocería bi-tono del Toyota Yaris o la versión eléctrica del smart fortwo cabrio.
No nos olvidamos tampoco del impresionante Kia Stinger acompañado por el Kia Niro PHEV así como el nuevo Jeep Compass, Los Mini Countryman híbrido enchufable y BMW Serie 5 Touring o el Fiat 500 60 Aniversario. Poco más.
Y es que la ausencia de diversas marcas de renombre como Peugeot, Opel, Citroën, Ford, Volkswagen, Audi, Skoda o Porsche ponen en jaque el interés del público en una cita que ha ido perdiendo enteros edición tras edición. Cuando un pequeño stand como el de Tesla, con apenas 3 vehículos de muestra capta la mayor parte de atención, sabes que, sin desmerecer el mérito de la firma de Elon Musk, hay algo que no funciona en este evento.
Esto no es debe ser solo una percepción personal, a juzgar por el espacio destinado a captar compradores por aquellas marcas que si han acudido al Automobile y que han visto como, más allá de una gran exposición de novedades, primicias y concepts futuristas sus stands pueden convertirse en concesionarios pop-up con ofertas especiales durante una semana.
Quizá el problema sea pecar en aquél recuerdo del pasado, o quizá haya mucho trabajo por hacer con respecto a devolver el éxito que merece la feria automovilística de una de las ciudades más importantes del mundo (y que está demostrando poder ser la capital mundial de la telefonía móvil) y me devuelva la sonrisa con la que me conquistó hace dos décadas. Sea como fuere, podremos verlo dentro de dos años.
A pesar de todo, puedes ver el repaso de los mejores coches en nuestro VLOG o la galería de fotos del Automobile Barcelona 2017.