Los automóviles sostenibles están ahogando a los proveedores de la automoción
Las administraciones, la sociedad y el mercado reclaman vehículos y procesos de fabricación sostenibles. Esto ha obligado a los fabricantes de automóviles a reinventarse, pero está colocando a muchos proveedores en una situación delicada.
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Publicado: 27/09/2022 11:05
Cada vez son más los fabricantes de automóviles que inician el camino de la sostenibilidad. Y no nos referimos únicamente a los trenes motrices, es decir, a los sistemas híbridos (enchufables o no) y a los eléctricos.
La transición hacia lo sostenible pasa por reinventar el modo de fabricar un automóvil, así como los materiales con los que este se configura. El Mercedes EQXX es un ejemplo extremo de ello, pero no es el único que nos permite vislumbrar el futuro. Y tampoco será el primero, pues actualmente ya hay muchos vehículos en el mercado que han iniciado el camino de la sostenibilidad en los materiales.
«Los fabricantes de automóviles no están dispuestos a pagar más por productos nuevos y más ecológicos, incluso las marcas de lujo»
Los proveedores, el eslabón débil de la cadena
Que un fabricante decida modificar su forma de hacer las cosas influye de manera inevitable en sus proveedores, que en ocasiones son igualmente potentes, como puede ser el caso de Bosch, pero también pequeños y vulnerables.
Estos son los que más están sufriendo la transición ecológica, ya que se ven obligados a adaptarse a una forma nueva de hacer las cosas que, además, es mucho más cara. Y todo ello en un clima de inflación exagerada y precios de la energía desorbitados.
Podría pensarse que los fabricantes, conscientes de la situación, relajan sus márgenes y condiciones para darle un poco de aire a sus proveedores, pero la realidad es bien distinta en la mayoría de los casos. El argumento es que ellos mismos tienen ante sí una tarea monumental si quieren llegar a los objetivos ecológicos fijados por las administraciones públicas y sus propios consejos de administración.
Ante esta situación, los proveedores sólo tienen una opción: asumir los costes adicionales de hacer que sus componentes sean sostenibles y cumplan con los mencionados objetivos medioambientales.
«Si no lo hacen, no tendrán un negocio en cinco o seis años que suministre a los principales fabricantes de automóviles», afirma a Reuters Shane Kirrane, director comercial de Autins Group, que tiene plantas de fabricación de aislamientos acústicos y térmicos en Gran Bretaña, Suecia y Alemania.
Y, aunque los grandes proveedores cuentan con un mayor margen y músculo financiero, lo cierto es que no están exentos de sufrir las consecuencias. Según su director ejecutivo Emanuele Buscaglione, el fabricante de componentes de plástico y caucho Sigit invirtió 10 millones de euros entre 2019 y 2020 para crear un centro de investigación en Turín con el objetivo de desarrollar un compuesto termoplástico reciclable y un 90% más ligero que la pieza metálica a la que debía sustituir.
«Los problemas en la cadena de suministro que comenzaron durante la pandemia, más los costos altísimos, han matado nuestros márgenes y creado la tormenta perfecta para la industria», afirma Buscaglione.
Ahora, después de tres años de desarrollo, la empresa suizo-italiana ya tiene su primer contrato con Stellantis para sus furgonetas. «Estamos tratando de concentrar los pocos recursos que tenemos disponibles en la innovación», apunta antes de poner de manifiesto otra paradoja.
«Hasta ahora, los clientes fabricantes de automóviles de Sigit no estaban dispuestos a pagar más por productos nuevos y más ecológicos, incluso las marcas de lujo», desvela. «El desafío de trasladar los costes adicionales a los clientes es cualquier cosa menos trivial».
Una tarea titánica para los fabricantes... y los proveedores
Absolutamente todos los fabricantes de automóviles actuales han adquirido compromisos medioambientales, no hay otra opción para sobrevivir en una industria que está siendo analizada con lupa en medio de la carrera de la descarbonización y la sostenibilidad.
Mientras BMW aspira a que todas sus baterías y la mayor parte del acero y el aluminio utilizados sean fabricados con energía renovable, Volvo se marca como objetivo que un 25 % del plástico presente en sus automóviles sea reciclable para 2025.
Mercedes-Benz, por su parte, también tiene como objetivo utilizar ampliamente material reciclable y acero verde fabricado con energía renovable en sus automóviles, aunque admite que se trata de «una tarea monumental» para los proveedores.
Volkswagen, con el objetivo de reducir en un 30 % las emisiones de dióxido de carbono de sus vehículos, incluida su cadena de suministro, ha informado de que tiene una relación de colaboración con los proveedores. Incluso citó un programa conjunto que creó para abordar el aumento de los precios de la energía, aunque sin proporcionar detalles, informa Reuters.
«Usamos el término disruptivo todo el tiempo, pero es mucho más que disruptivo», afirma Joe McCabe, director ejecutivo de AutoForecast Solutions. «Vamos a ver una gran reorganización en los próximos 5 o 10 años en la cadena de suministro de automóviles».
«Se les pide a los proveedores que desarrollen nuevas tecnologías para respaldar los vehículos eléctricos e inviertan en una cadena de suministro más ecológica con volúmenes que no creemos que se puedan obtener en función de las RFQ (Request for Quotation, solicitud de presupuesto) reales», agrega McCabe. «Pero los fabricantes de automóviles también les están diciendo a los proveedores: "Si quieren ser parte de esta nueva revolución verde, denme el mejor precio posible para que no vaya a la competencia"».
Fotos: Freepik