Volkswagen se enfrenta a una avalancha de demandas en Alemania por un cambio legislativo

En el mundo jurídico vale más la unión que la fuerza. Volkswagen ha asumido las consecuencias más contundentes por su mal hacer en Estados Unidos, con un coste económico superior a los 25.000 millones de dólares por casi 600.000 clientes cabreados, además de reguladores y distintas autoridades.

Mientras tanto, en Europa, en algunos casos aislados la justicia la arrancado algunas compensaciones al fabricante por fraude o publicidad engañosa, como una resolución favorable a la dueña de un Golf TDI de segunda mano (33.800 euros de sanción) en Galicia o una sentencia a favor del dueño de un Audi Q5 2.0 TDI por pérdida de valor (5.006 euros de compensación).

Las cosas serían muy diferentes de estar los demandantes unidos en una gran fuerza y no atomizados, con costes judiciales que hacen tortuoso el camino hacia una compensación. Eso es lo que se está gestando en Alemania, una demanda colectiva, que podría aglutinar a cientos de miles de clientes.

La ministra de Justicia germana, Katarina Barley, ha declarado hoy que dos millones de clientes podrían unirse en una demanda colectiva contra el fabricante. No tendrán mucho tiempo para hacerlo, porque el tiempo para reclamar expira antes de fin de año y la norma legal no está lista todavía.

El Gobierno de coalición en Alemania, presidido por Angela Merkel, se ha marcado como fecha límite el 1 de noviembre. Tan pronto esté en vigor la reforma legislativa, asociaciones especiales podrán exigir daños y perjuicios contra Volkswagen por su papelón en el Dieselgate europeo.

Según el fabricante, esas demandas no están fundamentadas y esperan que sean rechazadas. Puede que sea así en demandas individuales, pero en una colectiva, la cosa cambia. En España la Agrupación de Afectados por Volkswagen aglutina a 12 despachos de abogados y unos 1.500 clientes, solo una fracción de los potenciales afectados.

La ministra de Justicia alemana ha dado explicaciones en la televisión esta mañana (véase tuit traducido)

En octubre de 2015 se anunció la cifra de afectados en España, 683.682 propietarios de Volkswagen, Audi, SEAT o Skoda con los famosos motores diésel TDI CR (EA189) de normativa de emisiones Euro 5 que en la práctica ni cumplen los límites de Euro 3 (2000). Si desconoces si tu coche está afectado, lee esto.

En otras palabras, si la DGT se pusiese muy farruca, podría retirar el distintivo ambiental a todos esos coches, de la misma forma que, en coherencia, deberían retirárselo a todos los Euro 4, ya que el cumplimiento de los límites legales en carretera viene a ocurrir de casualidad, ¡y en más fabricantes, no solo en este caso!

Por lo tanto, si en España hubiese un movimiento masivo de afectados y se adhiriesen a la plataforma conjunta, lograrían mejores resultados que pleiteando por su cuenta. Los abogados que la forman dicen que no se adelanta dinero, su comisión se sacará el puro que le metan a Volkswagen en nuestro país.

La reforma legal alemana abrirá las puertas a que se pongan en marcha más demandas colectivas, no solo contra otros fabricantes automovilísticos, sino contra otras empresas de sectores aparte. Según Klaus Müller, director de la asociación federal de defensa del consumidor (Verbraucherzentrale Bundesverbands), el escándalo Volkswagen es solo "la punta del Iceberg".

La Unión Europea está poniendo de su parte para sentar las bases que impidan que algo así vuelva a suceder, pero no podrá actuar retroactivamente. Una vez más ha hecho falta un escándalo de los gordos para que los reguladores reaccionen y eviten que las malas prácticas empresariales perjudiquen a millones de clientes.

Resulta tremendamente complicado que los demandantes alemanes consigan cheques descuento de miles de euros, la recompra de su coche a su valor previo a septiembre de 2015 -cuando estalla el caso- e indemnización, como han ganado en EEUU, pero seguro que logran algo más que lo que iban a conseguir uno por uno poniendo demandas.