La lección de Estados Unidos a Europa sobre cómo aplicar las ayudas al coche eléctrico
La 'guerra' por el coche eléctrico no para. Un informe afirma que los incentivos que vemos en la Unión Europa, en comparación con los recientes lanzados en Estados Unidos, tendrán un efecto muy diferente en las ventas.
6 min. lectura
Publicado: 03/05/2023 11:30
En la batalla actual por el coche eléctrico podemos hablar de tres bandos muy bien definidos en el panorama internacional: China, la Unión Europea y Estados Unidos. Todos ellos están en la misma pelea, la de incentivar a sus fabricantes de coches a producir más y más vehículos eléctricos, y a sus ciudadanos a comprarlos.
Los primeros, sin duda, son los reyes indiscutibles del coche eléctrico, acaparando una gran cuota de mercado: el 60 por ciento de las ventas mundiales de este tipo de vehículos se produjeron en China. Allí, por cierto, circulan más de la mitad de todos los coches eléctricos que hay en todo el mundo.
Y si son los líderes, es porque empezaron ya hace muchos años con unas políticas destinadas a fomentar esta transición. La Unión Europea va por el mismo camino, pero todavía con años de retraso y con una fuerte dependencia del mercado asiático, especialmente en lo que a suministro de baterías y recursos se refiere.
En nuestra Unión Europa es el Green Deal el que marca las reglas aquí: «Esforzarnos por ser el primer continente climáticamente neutro», reza su lema. Al otro lado del charco, en Estados Unidos, es la conocida como Ley de Reducción de la Inflación (IRA) la que intenta poner al gigante norteamericano en una posición menos rezagada en este sentido.
La diferencia en las estrategias de EE.UU. y Europa
Al respecto de estas dos últimas políticas, el último informe de Barclays compara ambas estrategias y las pone en valor. «Los incentivos, especialmente las subvenciones directas a la compra, siguen siendo un motor clave de los volúmenes de venta de automóviles».
Sin embargo, hay una diferencia importante que resalta este estudio. Las ayudas económicas en Europa se centran, sobre todo, en incentivar a los fabricantes de coches a invertir en sus redes de producción en territorio europeo, por encima de la ayuda a la compra en sí por parte de sus ciudadanos.
Una medida que, sin duda, a largo plazo tendrá una repercusión importante y ayudará a reducir la dependencia externa, pero que incluso no está teniendo toda la repercusión necesaria. Sin ir más lejos, las ayudas PERTE en España han tenido que ser reformuladas para evitar otro fracaso.
En Estados Unidos, con 390.000 millones de dólares a repartir como incentivos, tiene un componente más centrado en la venta de coches. «La Ley IRA representa la subvención a la compra más importante a medio plazo (de hasta 7.500 dólares)», pero «también impulsará indirectamente la inversión local en EE.UU. y Norteamérica».
Cómo no, se apoyará por encima de todo lo que se produzca en suelo local, en detrimento de las importaciones. Todo ello, acompañado además de unas leyes EPA más restrictivas, al más puro estilo americano, para reducir masivamente las emisiones contaminantes en el país, donde la media de vehículos nuevos vendidos en 2021 (215 g/km de CO2) era más del doble que la registrada en la UE.
Otros actores advierten de esta doble tendencia y sus consecuencias. Transport & Environment, por ejemplo, advierte que la nueva Ley IRA podría «atraer a más inversores verdes hacia el otro lado del Atlántico», poniendo así en peligro o ralentizando la transición esperada en los fabricantes de coches eléctricos en Europa.
El CEO de Audi, Markus Duesmann, ha hablado en la misma línea recientemente: «Estados Unidos está creando un gran impacto con la Ley de Reducción de la Inflación. Ojalá Europa mostrara la misma claridad en la política industrial».
Aun así, el informe asegura que los fabricantes europeos con presencia en Norteamérica pueden sacar partido de estas ayudas, especialmente en lo que a incentivos para la producción de baterías se refiere. Con la Ley IRA, existen subvenciones de hasta 45 dólares por kWh en este sentido.
«Creemos que la Ley IRA beneficiará a los fabricantes de la UE que tienen operaciones en Norteamérica», asegura el informe de Barclays, que pone de relieve la ya importante presencia de las marcas alemanas en la región (21 por ciento de las ventas de Porsche o el 15 por ciento en BMW, por ejemplo). Marcas que incrementarán su producción al otro lado del Atlántico una vez que puedan optar a las ayudas de la Ley IRA.
Fotos: Freepik